Secciones
Servicios
Destacamos
PABLO M. DÍEZ
TOKIO
Viernes, 6 de agosto 2021, 00:13
Era la única medalla que le faltaba. Pero no porque no hubiera podido ganarla antes, sino porque, sencillamente, no existía. En el debut del kárate como deporte olímpico en el legendario Budokan de Tokio, la talaverana Sandra Sánchez logró este jueves el primer oro de ... la historia en la modalidad de kata, que consiste en una exhibición de golpes y defensas sin combate con otro adversario. Pero eso no significa que Sánchez, número uno del mundo, no tuviera rival, ya que se empleó a fondo para batir a la japonesa Kiyou Shimizu, número dos. De las 102 katas reconocidas por la Federación Mundial de Kárate, ambas escogieron la misma: Chatanyara Kushanku. Aunque los jueces les dieron la misma puntuación en técnica (19,60), en actuación atlética le otorgaron 18 décimas más a Sánchez: 8,46 frente a 8,28.
-Lo primero, enhorabuena y gracias por traer esta medalla a España. ¿Cómo se siente ganando precisamente aquí en Japón, cuna del kárate, y además a una adversaria nipona en el Budokan, el templo de las artes marciales?
-Jajaja. Muchas gracias - responde, exultante, pasada la medianoche. Aunque han pasado varias horas desde su triunfo, todavía trata de asimilar el momento histórico que acaba de protagonizar -. Ha sido la final soñada, en el Budokan de Tokio y contra Shimizu, que era lo más emocionante. Si había que ganar, había que hacerlo así. No había un escenario más apropiado ni una rival mejor.
-¿Temió que, por estar en Japón, los jueces podrían barrer para casa?
-Sabía que tenía cositas en contra, como estar aquí en Japón, y no salir la segunda. Me había tocado ser la primera y eso es lo que había. Pero, al mismo tiempo, tenía muchas ganas de salir al tatami y entregar allí el alma, el corazón y todo. Pensaba que, si hacía lo que sé hacer y les entregaba mi corazón, los jueces lo tenían que valorar. Y eso he hecho. Cuando he terminado, me sentía muy cómoda y feliz. Sabía que la kata me había salido muy bien y creía que podía ganar.
-Desde luego, la hemos visto con una concentración absoluta. Cuando entró en el tatami, impresionaban sus ojos entornados y la fuerza que irradiaban. Reflejaban la victoria.
-Jajaja. La verdad es que todavía no he visto el vídeo y, esos momentos, solo eres consciente de tu kata. Si con los ojos he ayudado a convencer a los jueces, me alegro mucho por ello. En cuanto pueda, veré el vídeo porque me gusta y me hace ser más consciente de mi actuación, enseñándome muchas cosas para mejorar.
-Tanto usted como Shimizu han coincidido en la misma kata: Chatanyara Kushanku. ¿Por qué ha elegido esta?
-Porque es una de las más complicadas y atléticas y se suele dejar para las finales, a menos que tengas que hacerla por necesidad en un momento previo de la competición. Nuestra estrategia era terminar con Chatan y sabía que Shimizu también llevaría la misma. En la final del Mundial de 2018 coincidimos en las katas, pero al año siguiente yo volví al Chatan porque es el ejercicio más completo. Aunque los criterios están bien acotados y la técnica vale un 70 por ciento y lo atlético un 30 por ciento, tenía que entregarme a fondo y dejar el menor margen de duda posible porque siempre hay un porcentaje subjetivo. Con una rival tan buena como Shimizu, sabía que el resultado iba a ser muy ajustado. Y, si he ganado por la actuación atlética, me alegra incluso más todavía.
-Cara y cruz del deporte. A su adversaria se la veía hundida, incapaz de contener las lágrimas, justo después de su derrota.
-Estar en el otro lado es complicado, y más estando en casa. Lo sé porque a mí me ha tocado otras veces. En esta ocasión, yo estaba muy contenta por mi medalla, pero no me gusta verla triste y hemos hablado. Además de rivales, somos dos amigas que hemos vivido muchas finales. Nos une no solo la rivalidad, sino también las emociones que hemos pasado juntas.
-¿Cree que, tras esta primera experiencia y su desaparición en París 2024, el kárate volverá a ser olímpico?
-¡Ojalá! Y ojalá los deportistas tuviéramos la llave para conseguirlo. Espero que, después de este debut en Tokio, el kárate sea olímpico de nuevo. Si no puede ser en París 2024, ojalá lo logremos más adelante porque, para mí, el kárate es vida.
-Con 39 años ya y esa ausencia del kárate en París, ¿se ve usted con fuerzas para llegar a otros Juegos Olímpicos?
-Ahora mismo no hago planes de futuro. El objetivo que me he marcado para este año es conseguir un triplete: Campeonato de Europa en mayo, Juegos ahora y Mundial, que se celebra en noviembre en Dubái. Y luego ya veremos lo que el cuerpo aguanta. No me pongo límite de edad.
-En breve compite en kata masculina su compañero Damián Quintero, otro campeón con un abultado palmarés. ¿Nos dará él también la alegría de otro oro? ¿Qué consejos le va dar?
-Lo primero, ¡seguro que sí! Lo que voy a decirle es que no hay nada imposible y no importa que estemos en Japón porque también podemos ganar aquí. Desde la primera vez que vine a este país en 2013 para aprender, a mí me ha marcado. En ese momento, yo ni siquiera había ganado un campeonato de España. ¡Y ahora he logrado los Juegos!
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.