«Quizás esto me dé fuerzas para ir a París»

«Salimos en un campo más inestable de lo que teníamos previsto. Desde la primera línea, estábamos a mitad de flota y hemos tenido que tirar adelante. Hemos acertado para luchar estar arriba y luchar por las medallas. Independientemente del resultado, estoy muy orgullosa del ciclo que hemos hecho», explicó tras llegar a puerto Echegoyen, quien no podía contener las lágrimas.

Tras su oro en Londres 2012, llegó la decepción del cuarto puesto, de la que quería resarcirse en este pintoresco puerto de Enoshima, al sur de Tokio. «Esto es totalmente distinto a Río. Allí estaba desolada porque venía liderando la competición durante tres días. La 'medal race' fue desastrosa y nos dejó fuera del podio. Esta no ha sido así», se lamentó Echegoyen.

Con 37 años, no quiso hablar del futuro: «En mi cabeza no están unos Juegos». Pero, quizás por la rabia de haberse quedado otra vez con la miel en los labios, tampoco descartó seguir adelante con la vela. «Siempre dije que quedarme a las puertas en Río me dio fuerzas para venir a Tokio. ¿Quién sabe? Quizás esto me dé fuerzas para ir a París. De momento, las dos tenemos una carrera con los estudios y tenemos que reflexionar. Al final solo pensamos en los resultados, pero los Juegos nos dan lecciones de vida», razonó junto a su compañera, Paula Barceló, más risueña pero también con lágrimas en los ojos.

A pesar de no haberse colgado la medalla, Barceló se mostró satisfecha con su debut en los Juegos porque «la experiencia ha sido increíble… ¡Y eso que no han sido unas Olimpiadas normales!».

Mirando con optimismo al futuro, Echegoyen destacó: «Paula es una buena aprendiz y ya me ha superado. En el futuro, va a traer muchas medallas a España seguro… Pero antes tiene que terminar Medicina».