Dentro de una familia de ciclistas, lo natural era que Sheyla Gutiérrez encontrase en la bicicleta su forma de vida. Comenzó a entrenar en la escuela de su Varea natal a los cinco años, pasando a convertirse con el tiempo en la reina del ... palmarés español tras diez temporadas en la máxima categoría. Una larga carrera en la que se ha topado con enfermedades y accidentes que no le han hecho bajar el ritmo a lomos de su bicicleta.
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–¿De dónde viene ese amor por el deporte?
– He nacido en una casa con tradición ciclista. Mis tíos llevan la Escuela de Ciclismo de Varea y mis hermanos también practicaban ese deporte por lo que desde los cinco años sabía que quería montar en bicicleta.
–¿Probó otro tipo de deportes?
– Durante el colegio mis padres me apuntaron a otros deportes como natación o fútbol pero no sé porqué yo no quería bajarme de la bicicleta.
–¿Qué es lo que le hizo decantarse por el ciclismo?
– Cuando eres pequeño no eres realmente consciente de lo que implica este deporte pero con los años me fui enamorando de todas las cosas bonitas que te da el ciclismo. Es un deporte que te permite estar mucho contigo mismo, con la naturaleza y exprimirte al máximo.
–¿Cómo recuerda sus años como escolar?
– Siempre he sido una chica muy disciplinada por lo que no me costó mucho esfuerzo poder compaginar los estudios con los entrenamientos. Recuerdo como al principio todo era un juego, lo pasábamos muy bien. Poco a poco empezó a aflorar en mí la competitividad y el ansia de ganar las pruebas que hacíamos.
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–¿Cómo definiría su carrera?
– Mi carrera está siendo muy bonita. Sí que es cierto que he tenido muchos contratiempos, además soy asmática por lo que muchos no querían que hiciera este deporte. Pero he sabido sobreponerme a todo. Por lo que, una palabra que define mi carrera es la resiliencia.
–¿Pensó que iba a llegar al nivel que tiene actualmente?
– Nunca me lo imaginé. Fue un proceso muy natural en el que fui creciendo a la vez que iba ascendiendo en categorías. En este proceso me ayudaron mucho mis familiares ya que confiaban en mí cuando ni yo misma lo hacía. Siempre he sentido su apoyo, y sin ellos no hubiera llegado a ser la ciclista que soy a día de hoy.
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