«Mi debut en la élite fue un sueño hecho realidad»

Pese a su corta edad, Esther Manso ya lleva varios años compitiendo en la máxima categoría del voleibol nacional vistiendo la elástica del Haro Rioja Voley. En el club jarrero, la joven de Zarratón se ha erigido como una de las jugadores de referencia siendo la única riojana que aún milita en el equipo azulón.

– ¿Cómo llega el voleibol a su vida?

– Empecé a jugar relativamente tarde. En Haro, el voleibol siempre ha sido un deporte que ha estado en auge ya que tenemos un equipo en la máxima categoría pero nunca había pensado en practicarlo hasta que dos entrenadores del primer equipo vinieron al colegio a darnos una clase de educación física.

– ¿Practicó otros deportes?

– Practiqué patinaje pero muy poco tiempo. El voley apareció en mi vida a los diez años y ya nunca quise dejar de practicarlo. Al principio lo veía como un juego divertido, una actividad diferente en la que pasar tiempo con mis amigas. Me empezó a enganchar con el tiempo al ver los partidos del primer equipo y la afición que movía.

– ¿Dónde empezó?

– Empecé a los diez años en el Haro Rioja Voley. Es el club de mi vida ya que ha sido donde he aprendido todo de este deporte. Llegué en categoría benjamín aunque no tardé mucho en empezar a entrenar con categorías superiores llegando al primer equipo y a ser convocada con la Federación Riojana.

– ¿Cómo recuerda sus años como escolar?

– Fueron unos años muy felices pero también recuerdo que era duro compaginarlo todo: deporte, estudios... y más siendo una niña pequeña.

– ¿Qué valores aprendió durante su etapa escolar que pueden definir al tipo de deportista que es a día de hoy?

– Me aportó mucha madurez y responsabilidad. He estado acostumbrada a entrenar con chicas mayores por lo que he tenido el sentido de la responsabilidad muy presente. Además, le di mucha importancia a los estudios sacando tiempo de donde no tenía para poder entrenar en los diferentes equipos en los que he jugado.

– ¿Cómo fue su debut en la Liga Iberdrola?

– Fue un sueño hecho realidad. Pasé de ser la niña que recogía las pelotas en los partidos del primer equipo a competir dentro de él, jugando contra las mejores deportistas del panorama nacional e internacional. Es un orgullo ver hasta dónde he llegado.