Primavera del 2009. El fútbol capitalino está desierto. La incomparecencia de los jugadores del CD Logroñés a un partido frente al Tedeón en Navarrete ha puesto la puntilla al histórico club con otro descenso administrativo. Sin el referente y con los inventos del Recreación ... y Fundación convertidos en cenizas, el fútbol en Logroño con aspiraciones queda reducido a un barrio: Varea.
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El 31 de mayo, el Municipal de Varea albergó la vuelta de la final por el ascenso a Segunda División B. En un trepidante encuentro, el equipo local logró imponerse al Cerro Reyes en la tanda de penaltis en donde emergió la figura del cancerbero arlequinado Ricardo Pisón. El único futbolista que ha jugado en todos los clubes con la palabra 'Logroñés' en su nombre, atrapó con sus guantes el ascenso a la categoría del bronce, por primera vez en la humilde historia del Varea.
Sin la estructura requerida para dar el paso al profesionalismo, Ángel Aguado, presidente del club, vendió la plaza para reinventarse y bajar un escalón. El curso siguiente, con idéntico nombre, salió en Regional Preferente donde obtuvo el ascenso para regresar al mismo punto de partida que la exitosa temporada 2008/09. A partir de ahí, cuatro promociones de ascenso. Dos desde la primera posición. Ninguno con el mismo éxito que el de aquella variopinta primavera.
Este domingo, el Varea encara su quinto 'play off' desde que se vio obligado a reconvertirse. Con la intención, esta vez sí, de pasear la arlequinada por los campos de España. «Hoy contamos con más experiencia que en 2009. Controlamos más todos los aspectos. Si tenemos la suerte de ascender, saldremos en Segunda B, aunque no tengamos esa obligación impuesta de subir de categoría», afirmó Aguado.
Pese a considerar que se trata de una «forma injusta» de poner el broche a la competición, los de la barriada irán con todo a por el ascenso. Han cumplido las expectativas que se le atribuían en la pretemporada. Su curso es notable, encaramados junto a la SD Logroñés en la cima de la tabla. Los duelos individuales entre ellos les abocaron a la segunda plaza dejándoles sin la vida extra con la que sí cuenta la SDL en caso de caer derrotada.
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Un equipo campeón que cuenta con jugadores experimentados en partidos de vida o muerte. Como el del domingo. Chimbo es el ejemplo. Único jugador de la plantilla que tocó la gloria en aquel domingo de mayo del 2009. Ascendió con el Varea a Segunda B, lo que valió para jugar en la división de bronce con la UDL.
Desde la banda le acompaña Daniel Suárez. Calidad a raudales. El haber vestido la camiseta de los mejores equipos del Grupo XVI calibra su rendimiento. Inagotable en el uno contra uno, su perfil de entrenador contribuye a que la voz de su míster esté omnipresente sobre el verde. Dentro del área espera sus centros con el colmillo preparado Rubén Pérez. El cazagoles del Varea es un seguro en el área ajena. Máximo artillero de la Tercera riojana con 31 tantos, tiene ante sí una oportunidad inmejorable para pisar de forma definitiva la división de bronce. Porque esta vez sí, el Varea va en serio a por un ascenso que le permita alcanzar otra dimensión.
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