El River Ebro cumple, pero se queda sin la cuarta plaza

Mientras jugadores, cuerpo técnico y directiva ovacionaban a su público, la afición tomó de forma espontánea el campo y les dedicó un largo pasillo al cántico de 'Campeones'. Entre lágrimas y abrazos, los jugadores agradecían el gesto. A Parri, artífice de la brillante piña rinconera, le sacaban a hombros. El River se había quedado a un punto de disputar un 'play off' pero el objetivo estaba cumplido: culminaba una temporada en la que ha despertado la ilusión de un pueblo por su club.

El River no se ha clasificado para el 'play off'. Pero ha vivido las últimas cinco jornadas como si fueran una fase de ascenso: con dos desplazamientos masivos y, en los partidos de casa, comidas de aficionados, charanga y un ambiente festivo que nadie recordaba en San Miguel. Ayer volvió a repetirse, con cajas, bombos y cánticos arengando desde distintos puntos del campo cuando comenzaba el partido. La primera media hora fue intensa. El Anguiano no iba a regalar nada y apretaba tanto como los rinconeros. En el 11, Dani sacaba el remate de Arnáez. En el 16, Yerai ponía en juego un saque de banda, Iñaki lo cabeceaba y Acobi paraba el tanto local. Tras un gol anulado a los locales por fuera de juego de Alberto, Sotés lanzó una falta que repelió el larguero rinconero.

En la recta final de la primera parte, en el 42, Niño salvó un mano a mano ante Íñigo. En la contra, Iñaki controló por la izquierda, encaró y asistió para que Yerai marcara.

La segunda parte comenzaba así más encarrilada para el River, que tuvo más balón y más ocasiones. Pero las noticias del 0-3 a favor de la UDL B enfriaban la temperatura en San Miguel. Aun así, los rinconeros siguieron atacando y Yerai puso el segundo en el 80 tras un robo en la izquierda. En el 84, Yerai tuvo un cara a cara con Acobi y su rechace lo empujó a gol Dani.

La victoria no fue suficiente, pero la ilusión fue el triunfo del River. Pese a las lágrimas, volverá a soñar.