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Martes, 22 de octubre 2019, 12:45
El Berceo-Arnedo se saldó este sábado con polémica tras los graves insultos machistas que profirieron varios integrantes del público asistente al encuentro.
Al respecto también se ha pronunciado este martes el Gobierno de La Rioja. El portavoz del Gobierno de La Rioja, Chus del ... Río, ha mostrado su «preocupación» por los insultos proferidos a una árbitra asistente durante el partido que enfrentó al Berceo contra el Arnedo el pasado fin de semana. También ha lamentado que este tipo de actitudes sigan produciéndose.«Al mismo tiempo», ha añadido, «nos transmite tranquilidad la reacción de condena unánime e inmediata por parte de todos los estamentos implicados«.
Del Río ha revelado que la presidenta Concha Andreu envió el mismo sábado un mensaje de apoyo a la afectada mostrándole toda su solidaridad.
El acta del partido no deja lugar a dudas sobre lo acontecido el pasado sábado. Esta es la transcripción del acta que firma el colegiado titular del encuentro, Mimoun Larhid.
«Al inicio de la segunda parte, un grupo de aficionados, de aproximadamente 30 personas, ataviados con camisetas y bufandas con los colores del C.D. Arnedo, que durante la primera parte se habían situado en la parte de la tribuna más alejada de los vestuarios, se colocan en la misma tribuna, ahora en la parte más cercana y justo detrás de donde se sitúa la árbitra asistente nº1, Da. Laura Bezares Tricio.
El partido ha transcurrido con relativa normalidad hasta que en el minuto 88 y tras la toma de una decisión en una acción del juego, desde ese grupo de aficionados se han producido protestas e insultos, pudiendo identificar a tres de dichas personas, las cuales se han adelantado del resto del grupo, acercándose a la valla delimitadora del terreno de juego, detrás y muy cerca de la árbitra asistente gritando y profiriendo expresiones e insultos tales como: «Puta», «Hija de puta», «Te vamos a mater, sabemos dónde vives», «Eres malísima, esto no es lo tuyo», «Las mujeres no sirven para nada», «Todos los findes igual»...
Ante estos hechos, impido la reanudación del juego y me dirijo hacia mi árbitra asistente y le pregunto si se encuentra bien y si se han producido más incidentes aparte de los de los que yo he sido testigo, contestándome que NO. Seguidamente me acerco hacia los banquillos y solicito al delegado de campo del C.D. Berceo, D. Fernández Blanco, José Antonio, que me acompañe para identificar a los autores de los insultos, soy acompañado tanto por el Delegado de Campo como por el Delegado de Equipo de dicho club, D. Fernández Martín, Borja; y al llegar a la altura de los aficionados les señalo a los tres individuos que había identificado como autores de los insultos, mostrando éstos en ese momento una actitud agresiva hacia mi persona y de la mi árbitra asistente. El Delegado de Campo retrocede a su banquillo a recoger una libreta, vuelve sobre sus pasos, momento en el que yo retrocedo unos metros y observo como se produce una conversación entre los Delegados y los aficionados.
En ese momento acudo al banquillo visitante a solicitar al Delegado de Equipo del C.D. Arnedo, D. DELGADO NAVARRETE, ALEJANDRO; que acompañe a los delegados del C.D. Berceo, para que les preste su colaboración en la identificación de los autores de los hechos, entendiendo que al ser aficionados de su club, tendría más capacidad para su identificación. Este delegado me responde que no es de Arnedo, ni tan siquiera reside allí, y por lo tanto no puede prestarme su ayuda al no conocer a nadie de los componentes del grupo de aficionados y este acude al lugar donde se encontraban dichos aficionados y los dos delegados del CLUB para ayudarles.
Vuelvo hacia el interior del terreno de juego y es en ése momento cuando se me acerca el delegado de Campo y me comunica que ninguno de los aficionados a los que previamente le había señalado quieren facilitarme sus datos. Ante ello le solicito que de manera inmediata solicite la presencia policial, al objeto de prevenir posibles incidentes posteriores. Tras cuatro minutos con el juego detenido, decido reanudar el mismo, al entender que era mejor proseguir el encuentro a sabiendas de que había llamado a la policía y a los pocos minutos que restaban para la finalización del mismo, que no reanudarlo y generar más crispación entre los aficionados, tanto locales como visitantes, y con el riesgo de enfriamiento que pudiesen padecer los propios jugadores.
Se disputan los minutos restantes hasta la finalización del partido con total normalidad, y al término del mismo la árbitra asistente se dirige rápidamente hacia los vestuarios, visiblemente afectada, mientras que nosotros nos situamos en el centro del campo siendo saludados por varios jugadores de ambos equipos, abandonando el terreno de juego, tras ellos, y siendo nuevamente increpados tanto mi asistente No2 como yo por los aficionados visitantes reseñados anteriormente, hasta llegar a nuestro vestuario sin ningún otro contratiempo.
En ese lapsus de tiempo, y antes de nuestra llegada al vestuario, según me comunica mi árbitra asistente han accedido al mismo tres jugadores del equipo local, con la única finalidad de darme ánimos. Unos cinco minutos después de nuestra entrada en vestuarios, acceden al mismo cuatro miembros de la Policía Nacional, a los cuales relato los incidentes producidos en el encuentro. Me solicitan que les acompañe hacia la salida donde se encontraban numerosos aficionados del C.D. Arnedo, que nuevamente comenzaron increpándome, fui protegido por la policía que me acompañaron en todo momento para intentar hacer un filtro sobre los vehículos que salían del aparcamiento y que obligatoriamente tienen que pasar por un camino situado justo a la salida de las instalaciones. En uno de esos coches identifico a una de las tres personas que habían proferido los insultos sobre mi árbitra asistente, quedándose en ese lugar dos agentes de policía junto al aficionado identificado, mientras yo inicio mi camino de regreso al vestuario compañado con dos agentes de la policia.
Al entrar al mismo mi árbitra asistente acompañada por el asistente n°2 D. SARABIA CARO, DIEGO, me comunica que han accedido al vestuario varios directivos (no sabe exactamente el cargo de dichas personas), al objeto de interesarse por mi estado emocional, proporcionándole ánimos y palabras de aliento. Posteriormente lo ha hecho el presidente del C.D. Arnedo, pidiéndome disculpas y arrepentido de lo ocurrido en el encuentro.
Instantes después acceden al vestuario dos miembros de la Policía, y uno de ellos se dirige a mi árbitra asistente, nos solicita el DNI, a ella y a mí, le recomienda hablar con un miembro femenino de la Policía, la cual charla unos minutos con mi árbitra asistente, calmándole y dándole indicaciones de cómo puede obrar en casos de ésta índole.
Realizamos las tareas administrativas, entregamos las licencias a ambos delegados, haciéndoles saber que el acta del partido no la voy a realizar en el campo, sino que prefiero hacerla con tranquilidad en mi domicilio. Abandonamos las instalaciones hasta nuestro vehículo particular sin ningún contratiempo».
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Así culmina un largo texto en el que el colegiado del encuentro explica con detalle qué sucedió en los minutos finales del partido.
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