El Náxara ya es de Segunda RFEF

A partir de ahí el juego se igualaba, fundamentalmente en el centro del campo, con los dos equipos jugando con intensidad, pero sin llegar con peligro a las áreas. Mucha pelea pero poco juego, con muchos balones perdidos por ambos . Eso sí, los locales tenían el marcador donde querían, yendo por delante, lo cual les situaba, pasara lo que pasara en el otro encuentro entre Racing Rioja y Alfaro, en el ascenso.

Por si fuera poco, antes de la media hora, una jugada personal de Tamayo, que recogió el cuero casi en el centro del campo, se fue hacia la portería contraria con determinación, para batir a Pinillos de tiro cruzado que se alojó en la red de su portería. Poco más tarde y con la tónica del juego igual que como había discurrido hasta entonces, el azul Guillermo remataba con peligro, pero a las manos de Gonzalo. Casi a punto de irse al descanso, una buena jugada de equipo de los blanquiazules era rematada por Navajas a las manos de Pinillos.

La segunda parte, que algunos se imaginaron iba a resultar llevadera para los locales, se inició con una apuesta del míster visitante que dejaba clara su intención de ir a por el partido. Retiraba a Íñigo, Medrano y Guillermo, para meter dos delanteros, Duce y Fede, y un central con vocación ofensiva, Héctor.

Enfrente, los blanquiazules se debían enfrentar a las bajas sensibles de tres puntales del equipo: Orodea, Nika y Quirino, quienes se sentaron en el banquillo a modo testimonial, ya que no estaban en condiciones para jugar.

Tras dos remates locales que se fueron fuera por poco, llegó el tanto de Ballestero que acortaba distancias en el marcador, al resolver un barullo en el área local. A partir de ese momento los de Anguiano adelantaron más sus líneas y se fueron a por la igualada.

Primero un centro de Duce se paseó por delante de la meta defendida por Gonzalo, sin que ni defensa ni delanteros lo tocasen. Después fue Moha en el que remató de cabeza con peligro, aunque desviado. Más tarde el defensa local Eloy despejaba un balón que se iba dentro de la portería, chutado por Urrecho. Y tanto fue el cántaro a la fuente que, en una confusa jugada en el área local, Moha cayó al suelo y el árbitro pitó penalti. Cabrera se ocupó de transformarlo en la igualada.

A partir de ahí fue un toma y daca por parte de ambos equipos, con escasa calidad en el juego pero mucha intensidad. Tras el pitido final, los najerinos tuvieron que esperar unos minutos para conocer el final en Logroño en el que el Racing se impuso al Alfaro y de esa manera el empate les situaba en Segunda RFEF.

A partir de ese momento, las emociones se desataron, abrazos, alguna que otra lágrima y sobre todo una alegría desbordada. Cánticos, saltos, cava, fotos y hasta manteo del entrenador 'Chiri'. Eso sí, la afición local, que acudió en masa a La Salera, hizo caso de no saltar el césped y saludar a los jugadores desde el vallado y la tribuna.