El Náxara aleja a un rival directo

Comenzaron ambos con ciertas precauciones, nada extraño entre rivales de similares características y nivel, lo que no fue óbice para que antes de haberse jugado los primeros diez minutos, los dos ya habían llegado al área rival con cierto peligro. El primero fue el Náxara, por medio de Orodea, ayer una auténtica pesadilla para la zaga de la barriada logroñesa, que en el minuto 3 le robó un balón a Laencina y su centro lo remató Achi demasiado cruzado. La réplica llegó del goleador arlequinado, Rubén Pérez, quien se escapó de la defensa local y remató rozando el larguero.

Los najerinos jugaban mejor que los del barrio cuando se decidían por hacerlo con combinaciones en corto, pero eran neutralizados con cierta solvencia por su rival cuando trataban de jugar con balones largos. En el minuto 25 y tras el saque de un córner contra la meta de Jordan, éste salía un tanto alocadamente y se formaba un barullo, con varios remates najerinos y rechaces en corto de la defensa y el guardameta, que acababan en el primer tanto marcado por Orodea. A raíz del gol, los locales se lanzaron con mayor ímpetu hacía el área rival, aprovechando también ciertos momentos de desconcierto, pero sin conseguir ampliar la ventaja.

Al filo del descanso, Rubén Pérez desperdiciaba una buena ocasión para haber logrado el empate, pero su remate se fue fuera.

De vuelta de los vestuarios, los de Diego Martínez salieron con mayor determinación para tratar de ampliar la ventaja y después de sendas buenas oportunidades de Achi y De Val, marradas ambas, llegó el segundo tanto. Fue un buen centro de Javi Martínez que Miguel, de cabeza, enterró en las mallas con ganas.

Los de Blas Terroba reaccionaron y se volcaron contra la portería de Heras, pero sus llegadas al área carecían de eficacia. Eso sí, los de Varea se habían hecho con el juego. Dominaban la pelota y mantenían a los najerinos casi todo el tiempo en su campo, aunque a la hora de la verdad todo fueran fuegos de artificio, ya que no conseguían acortar distancias y con ello tratar de lograr, por lo menos, el empate.

Por su parte los locales, y como no podía ser de otra manera dadas las circunstancias, lo fiaban todo al contragolpe. Así, en el minuto 78, un Orodea al que ni la falta de un rival lograba parar, se plantaba al borde del área, para ceder a Achi que ponía el 3-0 tranquilizador. Cerca ya del final, Pinilla acortaba distancias, pero ya era un poco tarde.

Al final, victoria local con cierta claridad, en un encuentro de máxima intensidad, dado el nivel de ambos clubes, aunque el buen juego no fue la nota dominante. Sólo en algunos momentos se puede decir que se vieron jugadas de calidad, más por parte local que visitante.