Raúl Guillamón ataja uno de los disparos del rival en un partido durante esta temporada. @rguillamon1999
Fútbol | Tercera

A falta de jugadores, buenos son porteros

Tercera División. Raúl Guillamón, segundo meta del Comillas, tuvo que quitarse los guantes para ocupar la posición de jugador tras las lesiones de varios compañeros

Jueves, 22 de febrero 2024, 07:47

Es mejor que sobre a que falte. Este dicho, atribuido comúnmente a la abundancia en la mesa, también puede extrapolarse al mundo del fútbol. Sobre todo si hablamos de las convocatorias. Mejor que sobren jugadores en el banquillo a que no haya ninguno con el ... que poder jugar. Esa fue exactamente la situación que vivió el Comillas durante el exigente partido que le enfrentó al Casalarreina en El Soto. Cinco jugadores de reserva, dos lesionados y un portero que terminó haciendo las funciones de defensa.

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El conjunto azulón viajaba a La Rioja Alta con la necesidad del que ve peligrar su supervivencia. Penúltimos en la tabla, los logroñeses tenían el reto de suma contra uno de los equipos que aspiran a disputar la siguiente fase de ascenso. Todos tendrían que remar para hacerlo posible, hasta el guardameta suplente.

El choque se puso rápidamente a favor de los locales anotando tres goles de ventaja cuando no se había cumplido ni la primera media hora de partido. El 3-0 hirió en el orgullo de los azules que despertaron buscando la remontada. Richard marcó el primero de los visitantes, al que le siguieron los tantos de Padilla y Tabuyo para poner las tablas en el 66. La réplica del Casalarreina no tardó en llegar y al poco Said les volvió a poner por delante de nuevo.

La intensidad, lejos de reducirse, aumentó provocando el desgaste físico de una parte de los jugadores del Comillas que buscaban llevarse al menos un punto de El Soto. Rojo entró por Luisja con la mala suerte de lesionarse a los dos minutos de pisar el verde pidiendo el campo por su compañero Fer. Con éste, el Comillas ya había efectuado cuatro de los cinco cambios disponibles.

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Raúl Guillamón, como segundo guardameta azulón, aguardaba dentro del banquillo con la tranquilidad del que sabe que no va a jugar. Pues bien, la dolencia de su compañero José Manuel Rueda en el último tramo del partido obligaría a que el portero dejase de lado sus guantes para pisar el césped de El Soto como jugador.

No ejerció su nuevo rol de futbolista durante mucho tiempo ya que apenas estuvo unos minutos sobre el terreno de juego aunque resultó ser positivo para su equipo. Y es que el Comillas terminó poniendo el 4-4 en el marcador 'in extremis' consiguiendo un meritorio empate ante uno de los clásicos de la categoría.

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