Un empate sin goles y casi sin fútbol

Durante la primera mitad, fueron los logroñeses los que más tuvieron el balón en su poder, aunque ello no supuso que llegaran a elaborar jugadas de mucho mérito. Los locales se mostraban como demasiado prudentes o temerosos de perder y se defendían como podían.

Sin embargo, en las pocas ocasiones que llegaron al área rival, lograron crear cierto peligro, especialmente Urrecho que, a los veinte minutos, lanzó un zurdazo que la buena colocación del meta Pradas evitó que se colase por la escuadra. Después fueron Álvaro y Ballestero los que pusieron a prueba los reflejos del portero rival.

La segunda mitad mostró un Anguiano algo más adelantado y dispuesto a conseguir el triunfo. Elías lanzaba un chut desde casi el centro del campo que se estrelló en el larguero con Pradas superado. Siguieron intentándolo los azules, pero las continuas interrupciones deslucían el juego una y otra vez. A falta de un cuarto de hora para el final, Héctor marcaba al rematar una falta sacada desde un lateral, pero el gol no subía al marcador por fuera de juego.

Poco más tarde llegó la reacción de los logroñeses que, a través de jugadas a balón parado cerca del área, pusieron el corazón en un puño a la afición local, pero sin que consiguieran perforar la meta defendida por Pinillos.