Emociones y despedidas en Pradejón

Antes de comenzar el encuentro, Abraham Torrano, 'el eterno capitán', recibió una camiseta verdiblanca con su apellido, de la mano del presidente Julio Fernández. Torrano, jugador muy querido en el club, tuvo que abandonar el fútbol hace un par de años y estaba pendiente su despedida, aplazada por la pandemia.

A continuación, el presidente le entregó otra camiseta a David Garatea, también con su apellido. El capitán del Pradejón, cuelga las botas después de 30 años dándole al balón, desde su infancia, como él mismo recuerda en su Twitter.

Las cuadrillas de amigos y familiares vivieron este emotivo momento de manera especial, lo mismo que la directiva y colaboradores del club. Todos forman una gran familia demostrando que esto, en su caso, va más allá de la competición y del deporte.

El árbitro pitó el fin del primer tiempo y se llevó a cabo entonces otro homenaje. En este caso al entrenador, Mario Izquierdo, que anunció hace unos días que deja el banquillo y continuará apoyando a los verdiblancos desde la grada, como un aficionado más. También tuvo una camiseta con su apellido de la mano de su padre Jesús (directivo del Pradejón) y mostró, besando el escudo, su pasión por el equipo de su vida, de su pueblo, al que ha entrenado durante 13 años en diferentes categorías.

Fueron momentos de abrazos, gestos y aplausos para los tres protagonistas, Torrano, Garatea e Izquierdo.

En el minuto 76 Daniel Zárate fue sustituido para recibir el cariño del público con sus aplausos y los abrazos de sus compañeros, técnicos y directiva. Zárate abandonó el terreno de juego con lágrimas. Deja el Pradejón con muy buenos recuerdos y siendo uno de los jugadores más luchadores. Todavía no tiene equipo para la próxima temporada, pero pone sus miras en Logroño.

En el 86 salió del campo Garatea, sustituido para recibir más aplausos por su trayectoria en el conjunto verdiblanco.

El 'cristalero' se marchó con el orgullo de haber marcado, de penalti, el primer gol de su equipo en este último partido de la temporada que supuso el último de su trayectoria. La música rock, que a él tanto le gusta y toca, sonó en la grada del municipal de Pradejón en diferentes momentos del encuentro de la mano de su cuadrilla, que había llevado un altavoz, y fue la banda sonora de una tarde que ya forma parte de la historia del club.