Un Varea a medio gas compra el billete para la final

Era el minuto 5, y el marcador ya era arlequinado. Con su 9 como único referente arriba, el Casalarreina trató de quitarse la presión exasperante de su rival. Pudieron poner las tablas en la primera llegada cristalina, pero Benji sacó una mano extraordinaria al misil de Estéfano primero y Bernal después. Unas intervenciones claves que pudieron cambiar el rumbo del encuentro. Porque a partir de ahí, el Casalarreina no volvió a asomarse al área del guardameta arlequinado. Al tran tran, el Varea fue exponiendo en el cementerio de plástico de Las Gaunas su experiencia en este tipo de lides.

Morder arriba cuando la empresa lo requiere, apostillarse en su guarida para sacar la regla de las diagonales con espacios arriba. Pero tampoco generaban en exceso. Solo un mía tuya entre Suárez y Chimbo desembocó en un tibio disparo del primero. Julio y con 30 grados. Un domingo de verano en un estadio sin pulso ni alma. Imposible jugar como en invierno en estas condiciones y tras cuatro meses sin subirse las medias. Llegó el minuto 30, y con él el esperado tiempo para el agua y las indicaciones de los respectivos entrenadores. Porque sí, en Tercera sí que escuchan a sus jefes. Cuestión de egos, supongo.

Las sales ablandaron a los 22 protagonistas. No aconteció nada relevante salvo un disparo de Daniel Alcalde que probó fortuna desde lejos. Demasiado sencillo para Daniel Encinas que atrapó el cuero sin problemas.

La tónica varió tras el intermedio. Ya no habían las mismas huellas. El Casalarreina endureció su presión, comenzó a morder y pudo hacer daño en un saque de falta previa a una jugada de Estéfano por el costado derecho. Los de El Soto necesitaban dos goles para pasar. Uno le metía en el partido. El Varea vio fantasmas y tocó corneta. Se dejaron el temporizador en el vestuario y fueron acumulando llegadas. Tuvieron el segundo en un testarazo que por milímetros no encontró la dirección de las redes. Minutos después, Chimbo, desaparecido tras el gol, volvió a intentar poner su impronta con un saque de falta. Demasiado esquinado, optó por la sorpresa con un lanzamiento directo cuando todos esperaban el centro al área. Estuvo atento Daniel que se estiró para mandar el peligro a la esquina.

Con la primera hora de partido cumplida llegaron las primeras molestias físicas. La bola de Estéfano le obligó a incomparecer durante varios minutos. A ello respondieron los cambios. Entró Izan por Gabarri en el Casalarreina y Escribano por Suárez en el Varea. El Casalarreina, diluido por la mecha del Varea, pudo ver aumentada su desventaja si Cordovín hubiera acertado en la dirección de su cabezazo. Una ocasión franca acentuada por la salida en falso del guardameta casalarreitero. También con la testa la tuvo Rubén Pérez. Pero su remate, más complejo que el de su compañero se fue al fondo norte. No iba a gozar de más ocasiones el máximo artillero del grupo XVI.

Las mínimas opciones del Casalarreina de sacar algo en claro se enterraron con cemento y piedra tras la expulsión de Izan. El jugador del Casalarreina vio en dos amarillas en diez minutos que se supusieron el final de su temporada. Discutieron la decisión del trencilla el animado banquillo, ubicado en la grada, del Casalarreina. El colegiado vio agresión a Antón y le invitó a irse. Así fue, con un cabreo importante mediante. Para capear la inferioridad, José Manuel Trejo movió el árbol con un doble cambio. Entraron Adrián y Ramses por Estéfano y Beraza. También lo hizo su homólogo en el banquillo rival. Ache y Medrano por Chimbo y Pinilla. El encuentro se movía entre la atonía y la exasperación. Todo parecía estar decidido. Eric pudo cambiar los papeles pero erró en el mano a mano ante Benjamin cruzando en exceso su disparo. No hubo empate, pero sí gritos de denuncia por parte de los integrantes del banquillo del Casalarreina. Reclamaban roja en la ocasión de Eric (que fue expulsado en el añadido) y evitar las pérdidas de tiempo del Varea. Puestas de manifesto en un cambio que no entendió nadie. En los minutos finales, Ache entró al campo para sobar balón y crear peligro. Tuvo varias, ninguna vio puerta.

Victoria clara de un Varea que su calidad le permite jugar a medio gas ante el tercer clasificado del curso. Tendrá que mostrar mucho más el próximo sábado si quiere tocar la gloria y descorchar champagne.