Competición castiga con una derrota por 0-3 al Racing Rioja

La última jornada se resolvía con emoción sobre el tapete del Mundial'82. El Promesas había errado un penalti antes de que Alejandro Espeso recibiera la primera cartulina roja del partido. La pena máxima volvió a entrar en escena con la consiguiente expulsión de Mano Tata. Fue entonces cuando el protocolo de suspensión del partido se activó. Tras unos largos 15 minutos de incredulidad y desasosiego en las gradas, el conjunto arbitral volvió a salir al verde para que Curro materializase desde los once metros el único tanto del partido. Poco después, dos jugadores del Racing Rioja se tiraron al suelo quejándose de diferentes dolencias físicas.

El primer tiempo terminó son siete jugadores racinguistas sobre el terreno de juego pero, tal y como muestra el acta, el delegado del equipo local aseguró que otro dos de los suyos tampoco podrían salir a jugar por lesión; lo que impediría, según dicta la norma, que el partido pudiera celebrarse al no cumplir con el mínimo de futbolistas por equipo que en la actualidad se marca en siete. Ante esta situación, el colegiado decide suspender el partido sin un claro resultado final. Hasta ahora, ya que el Juez de Competición ha decidido que, de acuerdo al artículo 246, el encuentro se resuelva a favor del Promesas con un resultado de 0-3. Asimismo, en cuanto al tema disciplinario, el Racing Rioja deberá asumir una sanción económica.