De La Calzada desde chiquitos

Ser de La Calzada no es una decisión, es un sentimiento. Un sentimiento que, en muchas ocasiones, viene de cuna. Efrén, Chuchi y Madalín son tres muestras de ello. Criados en la localidad del gallo, los actuales capitanes del conjunto calceatense llevan los colores rojo y negro en las venas siendo una parte fundamental del pasado, presente y futuro de su equipo. Algunos de ellos se formaron en el seno de El Rollo mientras otros decidieron probar suerte fuera de Santo Domingo con la idea de que, en algún momento de sus vidas, volverían al pueblo que les ha visto crecer para hacer historia de la mano.

El que antes empezó a dar golpes sobre el verde de El Rollo fue Chuchi. Su devoción por el fútbol fue prematura ya que la primera vez que se ejercitó con la camiseta de La Calzada tenía apenas seis años. Animado por los amigos del colegio, este niño se convirtió en hombre dentro del vestuario del equipo calceatense. Formó parte de las categorías inferiores del club durante más de una década hasta que el Mareo se interpuso en su camino. No fue por el único equipo por el que pasó hasta su vuelta al La Calzada ya que la Sociedad Deportiva Logroñés y el Anguiano también requirieron de sus servicios más adelante.

Madalín esperó a los once años para probar suerte en el fútbol español por mediación de La Calzada. Apenas llevaba un año viviendo en Santo Domingo, después de llegar de Rumanía, cuando entró en la categoría de infantiles. También fue cadete y juvenil donde, al segundo año, debutó en el primer equipo. Jugó en Tercera vistiendo la elástica calceatense durante cuatro temporadas pero su afán por disputar una fase de ascenso le condujo hacia Varea.

Esas mismas aspiraciones tuvo Efrén cuando a los doce años decidió formarse en Logroño dejando, de momento, a su Santo Domingo natal. Creció en las categorías inferiores del Valvanera consiguiendo por primera vez el ascenso nacional para militar años después en equipos como la Oyonesa, el Varea o el Anguiano mientras alternaba temporadas en un inestable conjunto calceatense.

La carrera dentro del fútbol de estos tres jugadores parecía estar abocada a desarrollarse fuera del pueblo que les vio crecer pero un último traspié de La Calzada durante el año de la pandemia haría que todo cambiase drásticamente. Su casi descenso a Regional –no se produjo por la suspensión de la liga a raíz del covid-19– obligó a la directiva calceatense a decidir cambiar su proyecto con la profesionalización de la plantilla. Apostaron por recuperar a futbolistas de Santo Domingo como Efrén, Chuchi o Madalín además de incluir a otros jugadores tanto riojanos como burgaleses. Las cosas cambiaron pero el sentimiento de pertenencia siguió intacto.

Como si el tiempo no hubiera pasado, se volvieron a enfundar la camiseta y con ella el brazalete de capitán. Tres en total, uno para cada uno de ellos. Para qué elegir si los tres sienten sus colores por igual. «Son hombres de club y como tal se merecen esa distinción», asegura el vicepresidente y coordinador del equipo de Tercera, Óscar Salas.

Puede que este sábado encaren el encuentro más importante de su carrera, no solo como futbolistas sino como calceatenses de pro. Llegar hasta donde ya han llegado es un «completo orgullo», afirman los tres al unísono, pero esto puede que no haya hecho más que empezar. Pase lo que pase en la final del 'play off', y es algo que tanto Efrén como Chuchi como Madalín tienen claro, es que lo que han logrado es «algo histórico» no solo por ellos mismos y por el club que les representa sino por «hacer que toda nuestra afición se ilusione, sueñe y se emocione cada vez que va a El Rollo, se lo debíamos», finalizan emocionados.

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