Felix Dominguez
Martes, 28 de marzo 2017, 11:50
Si de alguna manera hubiera que calificar el partido de ayer en Isla entre el Anguiano y el Agoncillo, tal vez el mejor adjetivo sería el de raro. A lo largo de los 90 minutos hubo escaso fútbol de cierta calidad; la emoción también brilló ... por su ausencia; y para colmo, los visitantes se quedaron con siete jugadores sobre el terreno de juego, por algunas entradas pasadas de vueltas, una acción poco deportiva de Molo y, para colmo, una lesión con los tres cambios hechos.
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Comenzaron bien los avioneros, ya que a los cinco minutos ya se habían adelantado en el marcador gracias a una falta muy bien ejecutada por Varea, que superó la barrera y colocó el cuero en la escuadra izquierda, justo la contraria a la que Kevin pensó que iba a ir el balón.
Trataron de reaccionar los locales, pero no lograban hilvanar jugadas y los de Agoncillo les buscaban las cosquillas en los contragolpes. Tras una falta al borde del área que ejecutó Sotés y sacó de la línea de gol Chino, llegó el empate. Moha superó a Dani y batió a José Mari. Poco después llegó el penalti marcado por Escribano y la remontada.
A poco de comenzar la segunda mitad llegó un nuevo penalti e Iván Agustín ponía el 3-1 en el tanteador. Más tarde llegaron las tarjetas y tras la segunda amarilla para Pesquera, se sucedieron las otras dos rojas directas, al mismo tiempo que Ayuso se retiraba con posible luxación de hombro. Frente a siete, parecía que iba a llegar la lluvia de goles y sólo Samuel fue capaz de hacer el cuarto y definitivo gol.
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