Iñaki García
Martes, 11 de octubre 2016, 12:01
Un golpe en la primera parte y otro más en la segunda. Eso le bastó al Tedeón para noquear ayer a la Unión Deportiva Logroñés Promesas y sumar así su primer triunfo fuera de casa. Los blanquirrojos, por el contrario, acumulan ya cuatro derrotas consecutivas.
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En un encuentro con pocas oportunidades se impuso el equipo que más llegó a la meta contraria y el único que realizó tiros peligrosos entre los tres palos. Los locales se mostraron inoperantes ante un rival que llevó al Mundial'82 las armas que le han hecho hacerse fuerte en casa y que se asientan, ante todo, en la seriedad defensiva. De hecho, durante todo el duelo los de Javier Pineda sólo lograron poner peligro con un pase al área de Ángel al que no llegó Marcos y con un disparo de Sergio que se marchó fuera. Sergio Muro apenas sufrió.
Es cierto que Acobi, el otro guardameta, tampoco tuvo que intervenir demasiado, porque los disparos a puerta de los de Navarrete acabaron en gol. Jorge Marín lideró prácticamente todos los ataques de los de Óscar Sáenz y de sus botas llegó el primer tanto. El del Tedeón intentó colgar un balón al área, pero un mal despeje de la zaga local hizo que el esférico le volviera a caer a él. Jorge no lo desaprovechó y marcó.
En la segunda parte, el Tedeón acumuló más llegadas que sus rivales y, en una de ellas, un centro de Trini se envenenó de tal manera que acabó superando a Acobi. La sentencia.
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