El éxito de la cabeza a los pies

En los grandes equipos del fútbol nacional es común el trabajo de los psicológicos, también en sus canteras desde edades tempranas, pero es algo inédito en la Tercera riojana. Ni siquiera la UD Logroñés cuenta con esta figura. Sin embargo, Diego Martínez, entrenador del Náxara, valoró como algo interesante incorporar en febrero a María Aguirre a su cuerpo técnico. «Es un factor más a tener en cuenta dentro del día a día del equipo y que nos ha ayudado a trabajar desde otro punto de vista muchos asuntos, como la confianza, la motivación o la responsabilidad», explica el técnico.

María Aguirre colabora en un entrenamiento semanal, principalmente mediante dinámicas de grupo, siempre persiguiendo un objetivo, la reflexión sobre distintos aspectos, como ella explica: «Lo que más hemos trabajado es la cohesión grupal, hacer al equipo más fuerte, buscando que todos se sientan valorados y valoren al resto. Eso es lo más importante, pero también hemos tratado conceptos de la autoestima, la zona de confort, la motivación, el autocontrol o la gestión de la frustración».

Entre algunas de las dinámicas que la plantilla ha realizado en estos meses, María destaca una en la que jugaron un partidillo en la que la mitad de los futbolistas tenían los ojos vendados y debían ser guiados por el resto, «una forma de trabajar la confianza en los compañeros y la ayuda, trasladando esas sensaciones a los partidos». En el último entrenamiento antes del duelo contra el Atlético Sanluqueño, cada miembro de la plantilla tenía un papel pegado en su espalda en el que sus compañeros le escribían qué esperaban de él. Sólo pudieron leerlo el mismo día del partido.

Buena aceptación

Estas técnicas no están demasiado extendidas en el fútbol, pero cada vez son mejor valoradas, incluso en otros ámbitos como el empresarial. «Se están quitando los prejuicios y entendiendo todo lo que la psicología aporta en los deportes de equipo», explica María Aguirre.

La psicóloga najerina trabaja también de forma individual, dependiendo de las necesidades de cada jugador, ya que no sólo participa en la sesión semanal, sino que es una más dentro del equipo. Su entrada en el mismo fue impactante para la plantilla, pero reconoce la aceptación fue inmejorable: «Les sorprendió, pero pronto entendieron que no se trataba de arreglar, sino de mejorar. Ha sido muy fácil trabajar con ellos».

Esa predisposición fue fundamental para María, más habituada a trabajar con niños y adolescentes en su consulta de la localidad, y le ayudó a convencerse de que el trabajo daría frutos: «He visto una evolución, cambios individuales y grupales, con una actitud impecable. Creo que los jugadores lo han aprovechado mucho». Y aún le queda, ya que el Náxara sueña con pasar de ronda en Sanlúcar, partido en el que María volverá a ser una pieza más.