Una cencerrada sin premio

El Náxara se encontró el pasado domingo con un recibimiento cuando menos singular en las Instalaciones Deportivas Príncipe de Viana (Navarra). Sobre el banquillo del equipo najerino un aficionado navarro decidió acompañar a los riojanos con el sonido de un gran cencerro.

Ni silbidos ni ... insultos, sólo un cencerro. El gesto era un intento de desconcentrar al rival por un motivo claro: el pasado del entrenador, Iñaki Santibáñez, en el equipo local, el Vianés, de donde salió llevándose con él a varios jugadores del equipo navarro. Por suerte, Santibáñez, que ha entrenado a otros muchos equipos del grupo riojano la Tercera División Nacional, como el Yagüe, el Varea, el Anguiano y el Haro, no se encuentra habitualmente con este tipo de recibimiento. Eso sí: muy profesional y educado, el técnico no realizó ni un solo gesto hacia el efusivo aficionado. Ni le miró, como si no existiera.