Un triunfo cien por cien Náxara

El Boiro llegaba a La Salera con la vitola de favorito. Sus galones, figuras y ambición parecían estar indiscutiblemente por encima de los riojanos. Pero sobre el césped se igualó todo. Los primeros minutos iban a ser decisivos para el devenir del encuentro y el Náxara supo plantar cara. Los blanquiazules apretaron para impedir que el Boiro se hiciese cómodo con el mando, incordiando desde la salida del balón. Los gallegos se veían obligados a jugar rápido, en ocasiones precipitadamente, aunque contaron con buenas ocasiones para estrenar el marcador. Un ajustado disparo de Padín que atajó Raúl fue el primer aviso, pero más susto supondría poco después un disparo de Hugo que golpeó en un defensor y se envenenó para que primero Raúl y Héctor después sacasen sobre la línea. Los gallegos reclamaron gol.

Avisaba el Boiro pero no se veía ni mucho menos incómodo al Náxara, que salvo en momentos de inspiración de los gallegos disputaba la iniciativa. Los centrales del Boiro comenzaron a conocer a Orodoea, que ganaba una y otra vez en potencia, Quirino se destapaba como una brillante primera mitad pegado a la banda derecha y Héctor y Madero, que aportó velocidad a la zaga, se exprimían para cortar todo. El partido ganaba en tensión. El gallego Rubén se encargó de repartir algo de juego sucio para intentar desquiciar a los najerinos, pero estos fueron inteligentes y no entraron en provocaciones.

En cuanto a oportunidades, el partido se calmaba según se acercaba el descanso, pero una jugada en el minuto cuarenta volvió a despertar los ánimos. Orodea ganó a la defensa en velocidad e intentó sortear a Pazos, que salió fuera del área para presionarle y obstruirle. El colegiado no señaló nada, mientras los locales reclamaban una falta que hubiese supuesto la expulsión del portero del Boiro, sin meta suplente.

Gol y reacción

El empate a cero era un buen resultado para un Náxara que estaba dando la cara, exprimiéndose colectivamente y dando una buena medida de lo que era capaz. Sin embargo, el partido parecía torcerse cuando a los once minutos de la segunda mitad, Adrián, recién entrado al terreno de juego, aprovechó uno de los pocos desajustes ofensivos locales para entrar por la esquina del área y enviar un fuerte disparo que rebotó en el palo y golpeó con mala fortuna en Raúl, que lo alojó en su puerta.

Tomaba ventaja el Boiro y por un momento pudo pasar por la cabeza de los najerinos que tanto trabajo había sido baldío. Fue momentáneo, el Náxara no tuvo que lamerse demasiado las heridas. En el minuto 70, Jorge García sacó el guante para poner una falta lateral en la cabeza de Héctor, que entró con fuerza para estrellar su remate en el larguero. El esférico rebotó en el césped y salió, aunque, o al menos así lo decretó el colegiado, el balón había entrado.

Un gol que supuso el empate y algo más, ya que entre las protestas visitantes Cardeñosa vio la segunda amarilla. Los najerinos estaban con un hombre más y en crecimiento, alentados por su numerosa afición. Todo funcionaba, incluso Maiso, un hombre que ha sufrido una irregular campaña, aportó mucho en los quince minutos que jugó. El Boiro conocía el peligro del Náxara a balón parado pero eso no evitó que encajase así el primer tanto y después el segundo. En el minuto 80, Jorge volvió a colgar, ahora un córner, que Nacho dejó de cabeza para que Héctor, otra vez el capitán, cruzase con su testa. Los riojanos remontaban, dejando a un rival tocado, que acabó dando por bueno el resultado para la vuelta.

El Náxara había dado una sorpresa forjada en sus señas de identidad. Un sueño que buscará prorrogar el sábado en Boiro.