Todo en contra para el Varea

A partir de entonces y hasta el descanso, el árbitro fue el protagonista. El duelo se le fue de las manos y, a los 20 minutos, ya había mostrado cuatro cartulinas amarillas. Su cara era fiel reflejo de los nervios que sentía. Intentó controlarlos a través de cartulinas y, tal y como estaba el panorama, los jugadores debían tener cuidado si no querían tomar el camino de los vestuarios antes de tiempo. Si alguno no lo tenía, el encuentro se podía acabar para él. Y así ocurrió. Esaúl acababa de protestar una acción y, acto seguido, recriminó a un futbolista rival una jugada en la que, a su entender, se había tirado y el colegiado le mostró amarilla. Ya tenía otra y, por lo tanto, la consecuencia era una rigurosa expulsión que iba a condicionar el encuentro. Un castigo excesivo. No en vano, los arlequinados iban a tener que jugar una hora con un jugador menos.

El Leioa mostró una idea clara de fútbol. Un bloque muy solidario, con mucho oficio y un juego basado en los balones largos hacia Robles, un gigantón en el centro del campo, para que éste los peinara y a partir de ahí, generar peligro. El Varea, cuando podía tocar, daba sensación de peligro. Si se veía obligado a dar un patadón en largo, la superioridad física visitante se imponía.

Durante los últimos minutos del primer acto, los locales pudieron rasear el cuero algo más y eso se tradujo en ocasiones y en una clara mano de Etxabe dentro del área que el colegiado no pitó. Sí que señaló, sin embargo, otra que parecía menos clara. Fue de Tito en un intento de autopase de Pitu. Navarro Polo no lo dudó y Chimbo puso el empate.

El físico se impone

Estaba claro que el arranque del segundo acto iba a marcar el enfrentamiento. Y ahí fue donde el Varea falló. Durante toda la semana, Guillermo Zangróniz había avisado del peligro de los vizcaínos en las jugadas de estrategia, pero en un saque de esquina llegó el segundo gol. Etxabe remató de cabeza un saque de esquina y superó a Rubén García.

Ya fuera con empate o con ventaja, el fútbol del Leioa no cambiaba. De momento, le estaba yendo bien. Tras el tanto, el encuentro entró en unos minutos en los que se podía encaminar para cualquiera de los dos lados. Rubén García tuvo que intervenir ante una nueva llegada de Yurrebaso y Tito sacó cerca de la línea un remate de Rubén Pérez en una clara llegada local.

Conforme pasaban los minutos, el Varea iba acusando el cansancio de tener que jugar con diez. Una circunstancia que aprovechó el Leioa para sentenciar. Yurrebaso, en una jugada en la que la defensa le concedió tiempo para controlar, darse la vuelta y rematar, hizo el tercero y el exariete del Burgos, en el añadido, cerró la victoria de su equipo con el cuarto. Entre medio, Rubén Pérez lo volvió a intentar, pero la retaguardia rival desbarató la acción. El 1-4 fue el resultado final. Una desventaja que le deja la eliminatoria muy negra al Varea para la vuelta.