«Quería estar más presente en el día a día de mis hijas, que era lo que estaba necesitando». Alberto González concilia la vida familiar y trabaja semanas alternas desde su casa, algo que no llamaría la atención si su profesión no fuera la de ... entrenador del fútbol. El entrenador del Linares (Jaén) pasa una semana en Tolox (Málaga) y otra en tierras jiennenses, por lo que teletrabaja semanas alternas desde su hogar, incluso si hay partido de competición, con el apoyo siempre del club. Una 'rara avis' en un deporte como en el fútbol, donde sus protagonistas son unos privilegiados pero no tienen la condición de ciudadanos comunes y pelean los tres puntos mientras sus mujeres entran en la sala de partos. Los sentimientos no tienen lugar en la clasificación y el técnico ha priorizado sus circunstancias personales, que pueden crear un precedente para que otros puedan beneficiarse de las ventajas de cara a la conciliación familiar que ofrece trabajar desde casa. La idea inicial de Alberto fue la de abandonar el club, pero fue el propio equipo, de Primera RFEF, quien le frenó y optó por esta decisión hasta ahora inédita en España: alternar siete días con el trabajo en Linares y otros tantos ayudando desde su hogar, desde el que se encuentra en un proceso de separación y en el que viven sus dos hijas de 12 y 10 años, siendo ahí cuando su hermano Enrique -que hace las veces de segundo entrenador- el que asume su función. «Confían en mi y en lo que le puedo dar al equipo a final de temporada. Entienden que los objetivos pueden cumplirse de esta forma y yo estoy contento por esto».
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Su primer partido como teletrabajador tuvo a su equipo a 926 kilómetros, los que separan Tolox de Vigo. «En lo deportivo no es la situación ideal porque el entrenador necesita ese 'cara a cara' pero dada la buena organización del equipo, que los conceptos están asimilados por mis futbolistas y que lo han asumido con normalidad, por ahora se lleva bien; en lo personal estoy pendiente de temas judiciales que hagan avanzar la situación», señala en una entrevista con este medio. Hasta la fecha la tecnología le está sirviendo como aliada aunque en el primer envite le jugó alguna mala pasada. «Ante el Celta teníamos un retardo de casi treinta segundos que no pudimos evitar; me costaba concentrarme porque escuchaba por el pinganillo al segundo entrenador lo que ocurría, y hasta pasado un tiempo no lo veía», reconoce el técnico, que ahonda en que en los siguientes duelos la cosa ha mejorado y ya ante el Real Madrid Castilla «íbamos con un segundo o dos de retraso, por lo que la comunicación era más fluida».
En estas condiciones se han celebrado ya seis partidos ligueros (tres como locales y otros tres de visitante) sin una relación directa entre su presencia en el banquillo y los éxitos. Sin él se perdió ante el Celta B (4-2), se ganó (presente en el banquillo) en Linarejos al Talavera (3-0), volvió a hacerlo en La Línea (2-3), donde sus circunstancias le permitieron acudir; repitió triunfo ante Unionistas en casa (4-3), cayó ante el Real Madrid B (sin él en el campo) y empató el último fin de semana ante el Ferrol en el duelo disputado como local. «Al principio el otro hándicap fue que la imagen que tenía era la de la realización televisiva y no me mostraba todo el campo», explica. La empresa InSports TV es quien le pasa directamente la señal para poder ver los encuentros desde una habitación habilitada en su domicilio, con un escritorio, estadísticas, y conectado con el banquillo a través del teléfono. «Tengo comunicación directa con el segundo entrenador, intento no distraerle más de la cuenta y simplemente comentarle detalles puntuales. Él dirige el partido, la competición requiere muchas decisiones casi inmediatas y yo le asesoro puntualmente con lo que ocurre en el terreno de juego aunque hemos consensuado muchas cosas con anterioridad», indica el entrenador, que además es autor de libro 'Dinámica del juego desde la perspectiva de las transiciones'. «Me gusta estudiar el fútbol y en su momento me decidí por este tema desde la perspectiva de las transiciones, que en su momento estaba menos analizado. Actualmente es un tema expandido y me pareció interesante abordarlo juntando todas mis ideas, dándole forma para compartirlo con quien tuviera interés», señala.
El peso en la dirección del entrenamiento, explica que lo lleva más bien el cuerpo técnico. La planificación de la semana, del entrenamiento y la actuación individual sobre cada futbolista lleva más el peso el primer entrenador. «En los entrenamientos, las semanas que yo estoy en casa, planifico junto con el cuerpo técnico los contenidos tácticos; y si hay que hacer alguna intervención sobre un jugador a nivel psicológico, será el segundo entrenador el que lo pone en práctica», apunta el malagueño, que indica que en las situaciones con más contenido técnico-táctico, se conecta en videollamada, a través de la cual observa los detalles a corregir.
Los jugadores, apunta, tienen ya interiorizadas su idea y concepto de juego y la experiencia, pese a tener los pies en el suelo, le dice que es posible estar por encima de las expectativas. Ha llevado al equipo a soñar en los últimos años pese a tener uno de los presupuestos más bajos de la categoría: 600.000 euros. Ya en la 2020-21 el equipo estuvo a un paso del ascenso a Segunda y cedió en las semifinales de los 'play-off' ante el Amorebieta; y en la 2021-22, ya en la nueva Primera RFEF, de nuevo estuvo a puntito pero cayó ante el Deportivo de la Coruña. Actualmente el equipo sigue este curso cerca de la zona de los 'play-off' en el grupo 2, en una categoría que podría desaparecer cara a la próxima campaña.
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