Análisis

La Superliga sigue muy en el aire pese a la sentencia del tribunal europeo

La mayoría de sus impulsores no ven claro el proyecto, se mantienen por ahora fieles a la UEFA y dejan muy solos en la cruzada a Madrid y Barça

Viernes, 22 de diciembre 2023, 17:42

¿Y ahora qué? Esa es la pregunta que se hace el aficionado al tratar de digerir la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), un fallo recibido como un triunfo histórico por Florentino Pérez, el principal impulsor de la Superliga, pero ... que con el paso de las horas deja dudas y evidencia que sin un pacto o acuerdo de mínimos entre las partes el horizonte sigue oscuro.

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De momento, ya se han bajado del carro de forma oficial ocho de los 12 clubes que hace casi tres años, en abril de 2021, suscribieron la iniciativa secesionista y su autoproclamaron fundadores de la Superliga. El Real Madrid y el Barça se han quedado solos, a la espera de la decisión definitiva de la Juventus y el Milan, que guardan silencio. El pasado mes de junio la Juve abandonó el proyecto ante las amenazas de sanción de la UEFA -finalmente impuesta- y el jueves no emitió ningún comunicado, ni a favor ni en contra de la resolución del TSUE.

Tras conocerse la sentencia, solo se pronunció su expresidente Andrea Agnelli, con un enigmático mensaje tras un año sin aparecer en redes sociales, con un fragmento de una canción de U2 -«Quiero correr, esconderme, echar abajo los muros que me sujetan dentro...- y una proclama: «Amo el fútbol». En Italia, el presidente del Nápoles, Aurelio Di Laurentiis, sí abrió con claridad la puerta a unirse a la Superliga que han rechazado los clubes que ahora prometen amor 'eterno' a la UEFA. En el caso del club rossonero siete veces campeón de Europa tampoco ha reaccionado oficialmente a la Superliga ni ha mencionado a las partes en conflicto. Su dueño, Gerry Cardinale, se limitó ayer a referirse al futuro de la entidad a corto y medio plazo.

Al Atlético se han aliado al máximo organismo europeo y rechazado la iniciativa de Florentino Pérez los seis ingleses a los que el gobierno británico prohibirá por ley participar en una competición contra la UEFA (Liverpool, Manchester United, Manchester City, Chelsea, Arsenal y Tottenham) y el Inter. Y salvo el Nápoles, nadie se ha atrevido de momento a dar un paso al frente en defensa de la Superliga.

Tal y como sostiene Xavier Ginesta, profesor de la Universidad Central de Cataluña, el hecho de que el TJUE haya concluido que «las normas de la FIFA y de la UEFA sobre la autorización previa de las competiciones de fútbol de clubes violan el Derecho de la Unión» abre un escenario que nadie controla sobre la evolución de la industria del fútbol.

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En principio, el Real Madrid y el Barcelona, principales impulsores de la Superliga, evitan las sanciones y podrán continuar trabajando con sus ambiciosos proyectos de creación de nuevas competiciones. El mismo día del fallo, a través de la compañía A22 Sports Management, los promotores anunciaron la nueva propuesta con 64 clubes repartidos en tres ligas para la competición masculina y 32 clubes divididos en dos ligas en la competición femenina.

Dinero y poder

Pero ahora sufrirán para hallar socios sin miedo a plantar cara al actual monopolio competitivo que la UEFA y la FIFA han creado y que resulta complicado derribar. «Aquí es cuando la disciplina del derecho se difumina para dar paso a los equilibrios económicos y políticos. O lo que viene a ser lo mismo: ahora es el momento de ver quién tiene más poder», sostiene Ginesta. Desde la sentencia, hay un elemento clave que reconfigura las relaciones de poder: todos saben que han de competir en igualdad de condiciones.

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La FIFA y la UEFA, la Asociación de Clubes Europeos (ECA) y las ligas involucradas tendrán que sentarse a negociar con las entidades mejoras que permitan que quienes pagan la fiesta a través de sus cuentas de explotación se sientan más partícipes del reparto de beneficios. «Una vez que el TJUE ha sentenciado, la dinámica del mercado los hará sentar todos en la misma mesa de negociación bajo las premisas de competencia e igualdad», enfatiza el profesor de Vic.

Pese a la euforia desatada en los promotores, diversos juristas coinciden en que la sentencia del TJUE no es un sí a la Superliga, ni se pronuncia al respecto. Rechaza el monopolio de la UEFA, que no es cuestión baladí, pero no es lo mismo. Aún, no existen argumentos deportivos y económicos de peso para concluir que la nueva competición prosperará a raíz de esta resolución.

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