Ter Stegen salva los muebles, pero no despeja las dudas

«Creo que estoy en un momento bueno desde hace un año, pero me gustaría tener menos trabajo en los partidos», afirmó Ter Stegen después de firmar una actuación antológica ante el Betis. El meta alemán quiso dar un tirón de orejas a los suyos después del enésimo partido en el que al Barcelona se le vuelven a subir a la chepa con ventaja en el marcador. Le ocurrió ante el Espanyol, que empató en la recta final, le volvió a suceder hasta en tres ocasiones frente al modesto Intercity en Copa del Rey y repitió la misma historia contra el Betis dos veces más en la Supercopa de España. El Barça domina el juego, se adelanta en el marcador y deja que su rival crezca hasta que le complica la faena. También le pudo ocurrir en el último choque liguero ante el Atlético, pero los colchoneros le perdonaron.

Ante el Betis se pudo ver un poco más de esa fragilidad defensiva que tanto lastró a los culés el pasado año y que parecía atajada en el primer tramo de este curso. Los azulgranas sufrieron lo indecible para detectar a Fekir, que se movió como pez en el agua entre líneas, y tampoco fueron capaces de sujetar a Luiz Henrique, una pesadilla para Jordi Alba durante todo el choque. Esos dos jugadores fueron un martirio para Xavi, que fue incapaz de modificar el planteamiento ni siquiera con la entrada de Busquets en la medular o de Ferran Torres, más implicado en tareas defensivas, para ayudar en el dos contra uno ante el jugador brasileño. «No hemos sabido madurar el partido, nos está pasando desde el parón del Mundial. Nos ha faltado mentalidad», afirmó el egarense al respecto.

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Al Barça le sale cara en los penaltis

daniel panero

La solución de emergencia fue Ter Stegen. Lo fue en una primera mitad en la que los suyos evidenciaron un bajón físico en la recta final y el germano tuvo que aparecer hasta en cuatro ocasiones con manos salvadoras, y lo fue una vez más en la tanda de penaltis. El '1' culé atajó los lanzamientos de Juanmi y Carvalho para dar un balón de oxígeno a Xavi, que tendrá este domingo una oportunidad de oro para levantar su primer título como técnico blaugrana. El gran encuentro del meta no debe tapar, eso sí, las carencias de un equipo que sigue sin cuajar un partido redondo de principio a fin y que posee unos números engañosos en Liga. El Barça es el equipo menos goleado con solo seis tantos recibidos, pero en Champions League recibió doce en seis encuentros y en Copa del Rey tres frente al Intercity, cifras que demuestran la fragilidad de los catalanes en la parcela defensiva.

El partido de Ter Stegen fue el de un jugador que sabe que está en el mejor momento de su carrera, tras haber superado ya hace tiempo las secuelas de una intervención de rodilla, y que tiene una oportunidad de oro para erigirse en uno de los grandes líderes del proyecto. Si Messi y sin Piqué y con Busquets en la rampa de salida, el germano ha asumido galones y la ascendencia en el grupo se notó incluso en las palabras de Pedri, sorprendente MVP, al terminar el choque. «Marc se lo merecía mucho más que yo y gracias a sus paradas estamos en la final; es una locura lo que está haciendo», afirmó el canario en unas palabras que se sumaron a las de Xavi en rueda de prensa. «Nos ha llevado a la final, marca diferencias para nosotros», dijo el técnico sobre el exguardameta del Borussia de Moenchengladbach.