Enzo Facchin, la sensación uruguaya

Como no podía ser de otra manera, Facchin se llama Enzo en honor al Principito, al gran Enzo Francescoli, histórico jugador uruguayo. Y como no podía ser menos, Facchin, de ascendencia italiana, ha salido de su país en busca de una oportunidad de ser futbolista. Su primera parada, Logroño.

«Todo fue muy rápido. Surgió la oportunidad de llegar a la UD Logroñés gracias a Carlos Lasheras. Me plantearon la posibilidad de entrenarme a prueba y acepté», explica antes de contextualizar. «Yo estaba jugando en Rentistas, pero la temporada no estaba siendo la esperada porque no jugaba mucho y el entrenador tenía unas ideas en las que yo no entraba todo lo que me hubiera gustado», indica.

Rentistas se convierte en un punto de inflexión. «Soy de jugar con mis amigos en la calle. No hay nada mejor que poner dos piedras para marcar las porterías y jugar con tus amigos. A Rentistas llegué después de formarme en las categorías inferiores de Nacional y de jugar un año a préstamo en Rampla Juniors». Inmerso en esa incomodidad en Rentistas le hablan de la UD Logroñés. «La verdad es que yo no conocía nada de Logroño, ni de La Rioja ni de su fútbol, pero sí que me habían contado que Rubén Sosa había jugado en Logroño. Y entonces, de repente, se abre la puerta para jugar en Europa. El sueño de todo futbolista latinoamericano es venir a Europa y la propuesta me llega en un buen momento en mi carrera aunque, como he dicho, no jugaba mucho. Acepto y decido asumir riesgos, porque al final venía desde mi casa para hacer una prueba», apunta.

Y la prueba es satisfactoria. «Fue un mes o mes y medio trabajando a diario con mis compañeros y jugando en pretemporada», recuerda. De hecho, participó en cinco compromisos amistosos y se dio a conocer. Un futbolista de raza. «En Uruguay somos muy de garra», puntualiza.

Facchin se ha ganado un puesto en las citaciones de Diego Martínez. Suma ya diez partidos oficiales y cuatro goles en una competición a la que ha tenido que adaptarse. «Es la primera vez que salgo de mi país, de mi casa. Me han acogido muy bien el vestuario, pero es obvio que echo de menos a mi familia. Futbolísticamente, esta Segunda Federación es diferente a la Primera o Segunda de mi país. En Uruguay, el fútbol es más aguerrido y más físico; aquí, es más técnico y táctico. Los dos tienen sus cosas buenas y malas, pero a mí me ha tocado adaptarme a un fútbol muy diferente, pero que me gusta mucho», relata.

Diez partidos oficiales y casi cuatrocientos minutos, cifras que le permiten sentirse «feliz». «Me siento supercómodo en el equipo y en la ciudad. En este sentido, mis compañeros me están ayudando mucho. Soy feliz porque paso por un buen momento, aunque sé que la temporada es larga. Ahora bien, vivo para aprender y para seguir mejorando. Sé que no tengo experiencia en la categoría y entiendo que estoy jugando bastante partiendo de ese desconocimiento. Mi objetivo es aprovechar de cada minuto que juego», señala.

Todo ello ha derivado en un grito común: 'uruguayo, uruguayo'. «Para mí es un orgullo escuchar gritar 'uruguayo, uruguayo' a los aficionados. Cuando estas lejos de tu casa, es lo máximo que puede pedir».

La grada de Las Gaunas tienen un nuevo jugador al que dirigirse. Este año tiene muchos, pero el caso de Enzo Facchin es diferente, porque se ha ganado a muchos aficionados con pocos minutos sobre el césped. «Cada vez que voy a Las Gaunas, disfruto. Disfrutar de esos 8.000 espectadores frente al Valencia fue algo de locos», apunta.

Sin embargo, el partido contra el Valencia no es la realidad del equipo blanquirrojo, sino la liga, la Segunda Federación. «Creo que estamos en el buen camino, pero es verdad que tenemos que sumar de tres en tres y que no podemos perder más puntos. Todos queremos ascender. Pero debemos mantener la calma y seguir trabajando. Lo que es indudable es que con el apoyo de esos miles de aficionados somos más fuertes».