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La selección española salió airosa el domingo de una encerrona en Suiza. El empate cosechado tres días antes frente a Serbia y el lamentable estado del césped que se encontró en Ginebra ponían en alerta a La Roja. Pero el combinado que dirige Luis ... de la Fuente respondió al desafío con la grandeza propia de toda una campeona de Europa. Firmó un inicio demoledor ante la Nati, supo sobreponerse a la pronta expulsión de Robin Le Normand y acabó goleando en un partido que vino a demostrar, una vez más, que además de magia, rebosa casta.
«Si de algo me gusta alardear es del orgullo que he sentido siempre por este equipo. Cuando suceden estas circunstancias uno se siente más orgulloso», señaló en sala de prensa un seleccionador que compareció pletórico después de ver cómo sus pupilos capeaban todas las adversidades tirando de solidaridad para resistir las acometidas de Suiza y desplegando un fútbol trepidante en ataque. El triunfo fue un soplo de aire fresco para De la Fuente, que andaba con el morro torcido a causa de las suspicacias con el calendario y los recelos de los clubes cada vez que los futbolistas hacen las maletas para marcharse con sus selecciones. «Si no se pueden jugar 180 minutos en septiembre, apaga y vámonos», dijo la víspera de que sus elegidos ofreciesen un recital de entrega y fútbol para asaltar de nuevo el Stade de Genève pese a disputar 70 minutos en inferioridad numérica.
«Con 10 hemos sabido interpretar el juego de manera magistral», analizó el preparador de Haro, que subrayó que su equipo es «un ejemplo de valores y de esfuerzo», a la vez que va «sobrado de autoestima desde la humildad» y cada pieza sabe interpretar el rol que se le asigna en cada momento porque «la importancia del grupo está por encima de todo».
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En esa idea reside parte del éxito de esta selección que derrochó brillo en la Eurocopa y está determinada a seguir haciendo historia con una serie de futbolistas que muestran su mejor versión cada vez que reciben la llamada del seleccionador. Uno de ellos es Fabián Ruiz, enorme en el Europeo y que se ha convertido en uno de los puntales del combinado nacional.
El doblete que firmó el domingo ante Suiza resultó clave para abatir a la Nati y sirvió para refrendar su estatus de titularísimo. Desde el amistoso disputado frente a Irlanda del Norte en vísperas de la Eurocopa, solo se ha perdido el choque contra Albania correspondiente a la fase de grupos de dicho torneo, cuando De la Fuente, con el pase a octavos ya en la mano, reservó a la primera unidad. La vieja disputa por un puesto que el andaluz mantenía con Mikel Merino parece resuelta a favor del futbolista del PSG.
«Fabián para mí es, si no el mejor, uno de los mejores jugadores del mundo en su posición. A mí no me sorprende», dijo De la Fuente en Ginebra, repitiendo un mantra que ya empleó en la Eurocopa. Allí el jugador nacido hace 28 años en Los Palacios, cuna de otros dos insignes internacionales como Gavi y Jesús Navas, contribuyó poderosamente al éxito de la selección, siendo especialmente determinante en el estreno ante Croacia y también en el choque de octavos de final frente a Georgia.
«Las dudas sobre Fabián las generará para otros, pero a nosotros no nos genera ninguna porque sabemos el potencial que tiene», abundaba el domingo De la Fuente después de que el sevillano se convirtiese en uno de los futbolistas que se ha visto envuelto en más goles desde que el riojano llegó al cargo: ocho. Sus cuatro dianas y otras tantas asistencias le sitúan en el mismo escalón que Joselu, Oyarzabal, Dani Olmo y Nico Williams. Por delante solo aparece Lamine Yamal, autor de tres goles y ocho entregas decisivas en su primer año como internacional.
«Si marco goles, perfecto, pero la misión es ayudar al equipo», acotó Fabián, MVP de la noche en el barrizal suizo y al que le ha cambiado la suerte tras la designación de Luis de la Fuente como seleccionador absoluto. No en vano, se había quedado fuera del Mundial de Catar por unas supuestas tiranteces con Luis Enrique que hoy parecen ser cosa del pasado, vista su actual importancia en el PSG que comanda el entrenador asturiano. Sin embargo, es intocable con De la Fuente, que aprecia tanto su talento como su capacidad de sacrificio. «Este es el camino: seguir confiando en nosotros y en lo que nos pide el míster», concluyó Fabián el domingo tras otra descollante actuación que ratifica el acierto del técnico al revestirle de galones en una España con protagonistas destacados y secundarios de lujo.
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