Trabajada victoria de la sub-21 en Macedonia del Norte

El sevillista Alejandro Pozo, que apenas ha jugado seis partidos con la sub-21, ejerció de capitán en un claro símbolo de la renovación acometida entre llamamientos para la absoluta, lesiones y el tiempo transcurrido desde la última cita, en noviembre de 2019. Con un centro del campo de gusto por el fútbol combinativo y Aleñá y Riqui Puig como estandartes, el peso del partido fue puramente español, pero ni mucho menos se tradujo en ocasiones.

Fue estéril el dominio de España durante la mayoría del duelo, pero tampoco inquietaba el combinado balcánico al contraataque. Sólo el talento de Aleñá para ver el pase entre líneas le dio a la Rojita algo de profundidad, necesaria ante rivales tan cerrados y disciplinados defensivamente como el normacedonio. El azulgrana dibujó un pase de zurda magnífico para Miranda, que dudó entre el remate o el pase de la muerte a Pozo y al final se quedó a medias. Fue lo mejor de una primera parte espesa.

     

El guión varió poco en los segundos 45 minutos, con España cargando todo su juego ofensivo por dentro, un caramelo para la ordenada defensa rival. La entrada del romanista Gonzalo Villar al partido le dio otro aire al equipo español, pues fue el primero en romper líneas rivales y en atreverse con el disparo lejano, posible solución al atasco. Fue un espejismo, la tónica continuó en un juego anodino, sólo aderezado por la calidad de Riqui Puig.

Pedri y Antoñín fueron la última bala en busca de revitalizar el juego por bandas y el recurso dio frutos, pues el jugador del Granada fue el agitador que España necesitaba. La Rojita inclinó el campo a su favor y la insistencia trajo el premio de un penalti sobre Pipa que transformó Hugo Duro. El trabajo parecía hecho y la clasificación, prácticamente en el bolsillo, pero en una falta lateral botada por Macedonia del Norte Josep Martínez midió mal y salió llevándose por delante a un jugador rival. El portero recientemente fichado por el RB Leipzig, que sustituía al habitual Dani Martín tras la lesión del bético, se rehízo con personalidad y detuvo el penalti lanzado por Mitrovski para dejar una victoria de oficio en el zurrón español.