Joselu revoluciona a España con un doblete supersónico

Los vikingos respondieron de modo formidable al tempranero tanto de Dani Olmo, que parecía despejar el panorama al combinado local en el inicio de la ruta hacia la Eurocopa del próximo año que se disputará en Alemania. Rearmado a partir de la clase de Odegaard y el físico de Sorloth, el bloque de Stale Solbaaken le quitó el balón a España y pulsó las flaquezas defensivas de un equipo en construcción al que le queda mucho trabajo por delante para implementar el libreto del nuevo técnico.

Los escandinavos dispusieron de buenas ocasiones para empatar ante un rival timorato. Pero perdonaron y acabaron siendo víctimas del plan B de Luis de la Fuente, quien alejándose de la vía unidireccional que caracterizó la anterior etapa con Luis Enrique, bautizó su puesta de largo como seleccionador con un triunfo necesario para sentar las bases del proyecto, todavía envuelto en dudas.

De la Fuente conservó en su primer once a siete mundialistas en Catar, siendo Kepa, Nacho, Mikel Merino y Iago Aspas las novedades respecto a la gran cita planetaria. Los cuatro jugaron con Luis Enrique, pero desaparecieron de los planes del asturiano por diversos motivos. La alineación refrendó el papel clave que tendrá Rodri en un centro del campo sostenido por dos pivotes, como ocurría en los tiempos de esplendor con Vicente del Bosque. La pareja que conformaron entonces Busquets y Xabi Alonso deja paso a una dupla que en Málaga completó Mikel Merino, a la espera de que Zubimendi coja tablas.

Cambio de ciclo en definitiva para España, que salió mandona ante una Noruega acorazada. El combinado escandinavo optó por encastillarse con dos líneas selladas a cal y canto que solo concedían rendijas por las bandas, especialmente por la izquierda, donde Balde y Gavi generaban superioridad con su profundidad y dinamismo. Por ese flanco precisamente reventaría La Roja el candado antes de que se cumpliese el primer cuarto de hora después de que Balde metiese un balón endiablado que Dani Olmo desvió lo justo para sorprender a Nyland.

La ventaja, sin embargo, anestesió a España y espoleó a Noruega, que se sobrepuso al mazazo con cuajo y buen fútbol. Los vikingos, de hecho, estuvieron a punto de igualar de inmediato después de que Odegaard sembrase el caos y abriese fuego, pero Nacho se interpuso en su camino y Benoit Bastien hizo oídos sordos cuando los visitantes reclamaron un posible penalti de Rodri.

La destreza a la hora de girar el juego del mediocentro del Manchester City y la amplitud que Gavi y Dani Olmo daban por banda alimentaban el juego de España, que dispuso de dos buenas ocasiones para elevar la renta en un centro del atacante del Leipzig que Gavi no cazó por poco y en un remate de Mikel Merino llegando desde segunda línea que bloqueó Nyland. Sin embargo, los despistes defensivos y el paso atrás de España dieron aliento a una correosa Noruega, que pudo empatar a raíz de un remate a quemarropa de Aursnes si Kepa no llega a hacer una parada catedralicia.  De haber estado Haaland sobre el pasto, La Roja difícilmente se hubiese ido indemne al descanso.

Tocaba un lavado de cara tras el paso por la caseta a fin de no estropear la fiesta en La Rosaleda, impecable a la hora de arropar a una selección mustia que siguió concediendo facilidades tras la pausa y sobrevivió de milagro. Suficiente para que De la Fuente agitase el árbol en busca de una sacudida que despejase a España. El riojano sacrificó a Gavi, activo como siempre aunque sin filo, y a Iago Aspas, intrascendente en su regreso a la selección, para alistar a Ceballos y Oyarzabal, dos pretorianos que trataron de activar a una España sosa aportando energía.

Pese a ello, Larsen tuvo una ocasión pintiparada para poner las tablas, si bien para entonces el bloque de De la Fuente había ganado control y verticalidad. Perdonó el delantero del Celta y ahí enterraron sus opciones los vikingos. Porque Joselu tiró de furia justo después de errar un remate franco y salió por la puerta grande en un partido que deja dudas, pero también certezas. Al menos España ya tiene plan B. Lo necesitaba.