Puado mete a la sub-21 en las semifinales del Europeo

El conjunto balcánico comenzó dominando con el balón. Les costó de lo lindo a los españoles lo de tomarle la temperatura al encuentro y el mando croata comenzaba a traducirse en ocasiones con un disparo desviado de Ivanusec. Sin la posesión, talentos como Brahim Díaz o Manu García pasaban desapercibidos por el duelo. El paso de los minutos fue cambiando el paisaje, con España ya gozando de posesiones más largas. La cosa ya tenía otra pinta y Fran Beltrán fue el primero en inaugurar las hostilidades españolas, con una volea lejana. Majer sorprendió como un puñal por la banda derecha croata pero Bradaric estuvo lento para armar el disparo y la zaga española solventó el peligro.

Seguía faltando un punto más de profundidad para hacerse dueño del partido, aunque España avisó de nuevo a través de la calidad de Brahim para girarse con el balón y probar el remate a distancia. También la tuvo Fer Niño, que no llegó a conectar el remate con claridad después de un centro de Mingueza desde el costado derecho que llevaba veneno. Comenzaban a aparecer los carriles españoles, buenas noticias para el combinado dirigido por de la Fuente, que eso sí, comenzaba a sufrir los rigores de un juego rival excesivamente duro.

Tras la pausa, nuevo aviso de España. Fer Niño obligó a la salida del portero Semper y Bryan Gil cerca estuvo de aprovechar el balón rechazado. Sin embargo, la más clara la fabricaron entre Manu García, Fer Niño y Brahim. La calidad al poder en una jugada de tiralíneas que no pudo convertir en gol el jugador del Milan esta temporada. Era ya un aporreo de la puerta en pos del tanto que abriese la puerta de semifinales. Puado entró para darle un extra a la ofensiva española y obligó a Semper a lucirse con un paradón, la primera del partido. Fue justo antes de que Cuenca cantase el gol, pero en fuera de juego.

Se hacían notar los aficionados españoles en las gradas del Ljudski, ruidosos aunque en minoría. Los cambios le habían dado a La Rojita el plus definitivo y el gol se cantaba. Llegó a través del desborde de Bryan Gil, que encaró y centró para que en el primer palo Puado hiciera el resto y plasmase al fin en el marcador el dominio español.

El seleccionador croata, el exdefensa del Liverpool Igor Biscan, echó el resto con los cambios, pero más allá de un disparo lejano bien atrapado por Álvaro Fernández, España tenía aparentemente controlado el partido con su ventaja, bajo el magisterio de Zubimendi en la medular. Pudo incluso haber evitado cualquier tipo de sufrimiento con una clarísima oportunidad fabricada por el goleador Puado, esta vez ejerciendo de asistente para el recién ingresado Yéremy Pino, que con todo a favor la echó arriba. Ya se sabe aquello del que perdona, que lo acaba pagando. La victoria estaba ya al alcance de la mano cuando Biuk se plantó en el área española y Guillamón le agarró inocentemente. Pena máxima y ejecución impecable de Ivanusec para llevar el partido a la prórroga.

A pesar del mazazo, España redobló su empuje en el tiempo extra. Villar exigió a Semper desde lejos y el duelo derivó en una suerte de frontón, con el conjunto balcánico, consciente de su inferioridad, aguantando en busca de los penaltis. Manu García la tuvo justo antes de la pausa, pero tras pase de Miranda no pudo ajustar el remate. El tiempo comenzaba a agotarse cuando Puado rompió en velocidad, controló, se plantó en el área ante el guardameta rival y tiró de toneladas de sangre fría y calidad para definir con categoría. Premio merecido. España continúa en la defensa de su corona.