De Tomás, muy activo en un ataque plagado de movilidad pero romo

Luis Enrique redobló la apuesta con dos delanteros específicos, una idea de partida a la que solo había recurrido en la Eurocopa, con la dupla formada por Álvaro Morata y Gerard Moreno. Esta vez el jugador de la Juventus volvía a ser a priori la referencia en la punta del ataque, pero un debutante como De Tomás le escoltaba desde el costado derecho del ataque español. Consciente del posible planteamiento griego, que ya en Granada desquició a La Roja muy replegada, defendiendo y esperando su oportunidad, el técnico asturiano apostó por el gol que acredita el espanyolista en Liga, con hasta siete tantos, aunque esta vez no acabase haciendo acto de presencia.

Esta opción no dejó atrás la idea recurrente del falso 'nueve', también muy utilizada por Luis Enrique, aunque con rivales de mayor entidad y en partidos de tú a tú. Así fue en la final a cuatro de la Liga de Naciones, con notables resultados, especialmente en la figura de Ferran Torres, autor de un doblete en la semifinal ante Italia. Esta vez, frente a un adversario menos cualificado, poco dado al juego combinativo y con un dibujo táctico de tres centrales, La Roja mantuvo una de las señas de identidad de su entrenador, con una movilidad permanente en su tridente ofensivo.

Costaba seguir el constante baile de posiciones de los hombres más ofensivos. Morata partió de inicio desde la izquierda, con De Tomás por el costado diestro y el polivalente Sarabia como teórico delantero centro. Esto sobre el papel, para dificultar las marcas helenas. De hecho, Morata y De Tomás intercambiaron pronto sus áreas de acción. El atacante espanyolista tuvo el gol en sus botas, tras un gran pase de Koke. Tan ventajosa era su situación ante el portero griego, que dudó sobre un posible fuera de juego que no existía y desperdició la ocasión. Fue el más activo en la primera parte, incluso en la recuperación de balón tras pérdida, y probó suerte con un disparo de zurda a la media vuelta desviado providencialmente por un zaguero, aunque el que encontró el premio fue Sarabia, de penalti.

Faltaba la oportunidad de Morata y el delantero de la Juventus la tuvo ya cerca del descanso, tirando de su velocidad con espacios y topándose con Vlachodimos en su camino hacia el gol. Ya tras la pausa De Tomás continuó muy activo, ejecutando la primera intentona española del segundo acto, un remate lejano desviado al impactar en un defensa heleno. Fue su última aparición antes de dar el relevo a Rodrigo Moreno, que ni mucho menos debutaba pero compartía sensaciones parecidas pues regresaba a La Roja tiempo después. También Sarabia dio paso a Dani Olmo y el tridente de ataque ya solo conservaba a Morata, aunque por muy poco tiempo, pues Fornals le sustituyó poco después.

Cambiaron los protagonistas y sus perfiles pero no la idea de intercambiar constantemente las posiciones sobre el terreno de juego. Rodrigo asumió el papel más destacado de entre los integrantes de la segunda unidad ofensiva, con un disparo de zurda ligeramente desviado, pero lo cierto es que el marcador ya no se movió y la segunda mitad se consumió con un tono un tanto anodino, que demostró que ahora mismo España echa de menos a Ferran Torres en el capítulo goleador, que sigue dejando dudas.