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Cuatro jornadas restan para saber si España se mete por derecho propio en el Mundial de 2018 –que se jugará del 14 de junio al 15 de julio– o tiene que acudir a la repesca. En septiembre se medirá a Italia en el ya mencionado ... duelo en Chamartín (sábado 2 de septiembre) para viajar tres días después hasta Liechtenstein. Para cerrar, en octubre, recibirá a Albania (el sábado 6 en Alicante) y cerrará la fase clasificatoria en Jerusalén (el 9), ante una Israel a la que superó con claridad el pasado mes de marzo en Gijón. Viendo los precedentes, lo más normal es que el primer puesto (ahora mismo de España por la diferencia de goles) se decida en función de lo que suceda en Madrid.
En caso de una derrota ante Italia, o que el cuadro de Ventura fuera capaz de dar la vuelta a la diferencia de goles si se mantiene el empate, habría que acudir a la repesca en noviembre (8 y 15). En el caso de Europa –que tiene trece representantes más Rusia como anfitrión– se reparten las cuatro últimas plazas, que disputan los ocho segundos. Esas fechas, de estar clasificada la selección, se utilizarían para disputar amistosos, que en la última ocasión fueron los polémicos en Guinea Ecuatorial y Sudáfrica (anulado después por la FIFA).
El sorteo será en diciembre y, si se mantiene el sistema anterior, España no sería uno de los siete cabezas de serie junto a Rusia. Bélgica, Francia o Colombia tampoco y le superan en el ranking. La última vez que la selección acudió a una repesca fue en 2005, cuando un error de Casillas ante Serbia obligó a un duelo ante Eslovaquia (5-1 en la ida y 1-1 en Bratislava).
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