España logra ante Georgia una cara victoria

Consciente de que el 1-7 de Tiflis no refleja la realidad de un rival peligroso, especialmente a través de la figura de Kvaratskhelia, España se puso manos a la obra desde el inicio, metiendo en su área al combinado caucásico. Ni cinco minutos habían transcurrido cuando Ferran Torres puso una falta escorada a la izquierda en el segundo palo, donde emergió poderoso Le Normand para estrenar la condición de goleador con La Roja. El 'txuri urdin', junto a Gavi el único que repetía titularidad después de la victoria en Chipre, refrendó su condición de nuevo indiscutible en la selección sacando brillo a su poderío en el juego aéreo.

Pareció acusar el golpe Georgia, a la que salvó el valencianista Mamardashvili ante el remate de Gavi, cuyo balón rechazado Nico Wililams envió alto. Solo fue un espejismo, pues el equipo de Willy Sagnol respondió de forma contundente, con un envío al espacio de Chakvetadze para el desmarque del temible Kvaratskhelia, que hizo buena su condición de estrella mundial para definir con suma tranquilidad ante la salida desesperada de Unai Simón.

Pronto se vio que el peligro estaba en los balones perdidos en zonas rojas, pues los georgianos se desplegaban como balas a la contra. Mientras, España acumulaba posesión de balón pero carecía de profundidad, con Nico Williams como el mejor recurso para tratar de romper el entramado georgiano desde el costado izquierdo. Por ahí se volcó La Roja en busca de una nueva ventaja.

En una ventana de selecciones plagada de lesiones el aficionado del Barça tembló al ver a Gavi dolerse después de proteger un balón con el cuerpo. Como recordó De la Fuente en la previa, el azulgrana es un futbolista hiperactivo y plagado de energía. Ese ímpetu le llevó a regresar al césped, del que salió minutos después llorando por un mal apoyo tras un control que afectó a su rodilla derecha. Tuvo que dejar su lugar sobre el verde a Sancet y su gesto de dolor incidió en la suspicacia con la que se valoran los parones FIFA desde los clubes. Está por conocer el alcance exacto de la lesión pero preocupa seriamente y desde la Federación se habla ya de «lesión importante».

Lo ocurrido al centrocampista culé congeló el ambiente en la gélida noche vallisoletana y afectó al ritmo del duelo, como la lesión de Oyarzabal en Limasol. Morata tuvo el gol en un remate a bocajarro tras centro de Ferran que desbarató con reflejos felinos Mamardashvili, una garantía bajo palos de sobra conocida jornada tras jornada en la Liga, pero más allá de un remate desviado de Nico Williams a España le faltó una velocidad y claridad de ideas al borde del área rival para deshacer la igualada antes del descanso.

El inicio de la segunda parte confirmó el paisaje: partido para picar piedra y armarse de paciencia en busca del gol. El 5-3-2 georgiano parecía inexpugnable cuando Rodri halló la rendija con un cabezazo impecable desde el punto de penalti. Faltaba la última barrera, la de Mamardashvili, que se volvió a lucir a mano cambiada para evitar el segundo gol español, ese que llegó poco después con otro testarazo, este de Ferran Torres en el segundo palo tras un centro fantástico de Gayà.

El extremo azulgrana, que mantiene un idilio goleador con la selección y suma 18 goles en 40 partidos como internacional, desbloqueó el duelo y cedió su lugar en el campo a Lamine Yamal, que alcanzó su cuarto duelo con La Roja y ya queda blindado como internacional español frente al interés de Marruecos. El chico celebró la ocasión como mejor sabe, desbordando por la banda derecha a pierna cambiada y poniendo un centro que Lochoshvili desvió hacia su propia portería para encarrilar la victoria española. Un triunfo muy caro.