Nolito le cambia el ritmo a España

Ante Inglaterra entró por Andrés Iniesta y volvió a cambiar el ritmo al equipo desde el extremo izquierda. El juego fue más vertical, más profundo. Con más amplitud, España desequilibraba por banda gracias a su habilidad para encarar. Y para asociarse. En 45 minutos recuperó tres balones, combinó hasta 21 veces con sus compañeros y dio el pase a Cazorla en el 2-0, su tercera asistencia en sus cuatro primeros partidos con España. «Hago lo que se. Cuando no tengo el balón, toca ayudar a mi lateral, y cuando lo tengo, a jugar como sé. Me encuentro bien, estoy fino y rápido como el año pasado. Me encuentro muy cómodo con la forma de jugar de la selección, busco divertirme y disfrutar».

Frente a Inglaterra no hizo falta que rematase a puerta para crear más peligro que nadie. Sus dos primeros balones fueron dos regates, uno de ellos espectacular. «Intento crear peligro por banda, hacer lo que me piden, estar ahí con la cañita. Aquí disfruto...», explica mientras firma autógrafos. Al estilo del mejor Mágico, ese genio que jugaba en el equipo de su ciudad. La banda es un peligro cuando él está allí. Que se lo digan a Kyle Walker, que seguro que no sabrá quién es Manuel Agudo Duran pero recordará siempre a 'Nolito'. «Estamos muy contentos con su aportación», dice satisfecho Del Bosque, consciente de que el regate en estos tiempos sin dribladores es una virtud.

Luis Enrique le marcó

La del andaluz es una la bella historia de un chico humilde que pasó una infancia complicada y aprendió a jugar al fútbol en la calle. Su madre no pudo ocuparse de 'Nolito' y fueron sus abuelos los que se encargaron en Sanlúcar de Barrameda de la educación y crianza de la nueva sensación de España. Convivía con once tíos que eran como sus hermanos. «Había que comer primero y luego pensar en jugar», relata contento con su aprendizaje en la vida. Fue carnicero antes de pasar por Sanluqueño, Mestalla, Écija (donde marcó el recordado gol al Real Madrid en Copa), Barcelona (donde brilló en el filial pero sin sitio en el primer equipo), Benfica y finalmente Celta.

Allí, en Vigo, un Luis Enrique que ya le marcó en Can Barça le insistió en la importancia de la alimentación, pasando a mejor vida las tortillas de camarones, los bocadillos, la ensaladilla y los pasteles. Está a punto de ser padre por tercera vez, ya que tiene dos gemelas en camino. «Es un momento importante en mi vida. Es un orgullo que se digan tantas cosas buenas de mí, pero los elogios no deben despistarme. Debo seguir mi camino, disfrutar jugando e intentar mejorar. Cuando tengo oportunidad trato de ayudar al equipo, me encuentro a gusto y feliz. Pero queda mucho para pensar en la Euro, esto es muy largo. Estoy en un buen momento de mi carrera pero creo que lo mejor está aún por llegar», dice aunque en ese momento él mismo cierra especulaciones.

«Estoy contento por cómo están saliendo las cosas pero hay que seguir igual. No se nada de rumores, en enero hay que comer jamón y turrones. Yo estoy muy feliz en Vigo y que me quedan años de contrato», dice fiel a su estilo de juego regateador sobre el interés invernal del Barcelona.