Por qué aplaudiré a Piqué
José Antonio Del Río
Viernes, 9 de octubre 2015, 12:35
Secciones
Servicios
Destacamos
José Antonio Del Río
Viernes, 9 de octubre 2015, 12:35
Tenía pensado llegarme este viernes hasta Las Gaunas con Bruno, mi hijo, que me ha salido futbolero, del Madrid (los designios del Señor son jodidamente inescrutables, francamente) y «del España». Cosecha del 2009, de los éxitos de La Roja apenas tiene registros más allá de ... alguna 'cookie' que le haya podido quedar alojada en su memoria Ram impelida por mis gritos cuando lo de Johannesburgo o lo de Kiev. Será por eso que Bruno tiene mucho más claras las razones por las que 'es' del Madrid que los motivos que le han llevado a coincidir conmigo en 'el España'.
Al Real llegó por influencias que a un Atlético, como servidor, se le antojan poco recomendables: compañeros del cole y Cristiano Ronaldo. Inaceptables como ven. De lo otro, de lo 'del España', asumo culpa y castigo, si lo mereciese, empeñado como no he dejado de estarlo desde que atendía (o eso me parecía) mis pláticas para explicarle algo tan complejamente sencillo como que éste es «el equipo de todos». Lo tiene asumido, creo. Al menos ya se acerca al televisor mientras veo algún partido y se interesa por si alguno de los litigantes es 'el España' o su Madrid. Y se lía si le digo que juega el Espanyol. ¿El nuestro?, me pregunta. Con lo que tengo que volver a explicarle qué sé yo qué y a confiar en que sea cierta la fe inquebrantable hacia el padre que se le supone a cualquier enano de seis años.
Explicado lo anterior, entenderá el lector ese «tenía pensado llegarme el viernes hasta Las Gaunas» que abre este relato. Así lo había planeado. Confieso que me hacía ilusión compartir con Bruno el que suponía que iba a ser un día que iba a sobrevivirme en su recuerdo; un día, el primero en que vio 'al España' en vivo y en directo, que habría de contar a sus hijos décadas después. Pero no estoy por la labor de que el estiércol con que algunos han abonado al equipo español para aliviar sus frustraciones político-deportivas inunde el olfato de mi chiquillo, por cierto muy delicado (el olfato), y los pitos, los putos pitos a Piqué le descoloquen tanto como me han descolocado a mí.
Soy poco de banderas y menos de himnos, pero me duele que uno de los escasos vínculos que hemos compartido con cierto orgullo los españoles de todas las regiones-naciones-autonomías (o llámeles hache) se consuma entre los decibelios desafinados de quienes han visto en Piqué al innombrable, al Belcebú de sus cuitas, al Lucifer de sus frustraciones. Y no quiero que Bruno sea testigo de semejante despropósito ni me pida unas explicaciones que sería incapaz de hacer inteligibles para un crío de seis años. Por eso lo de «tenía pensado».
Sólo tengo claro que me sumaré al #AplaudamosaPiqué surgido al rebufo del magnífico artículo de mi compañero Pío García del pasado lunes. Desde donde esté con Bruno, aplaudiré, aplaudiremos a Piqué como a Casillas o a Juanfran. Y lo haré cada vez que jueguen con La Roja, con España, porque ese es nuestro equipo, el equipo de todos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.