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Rodrigo Errasti Mendiguren
Domingo, 6 de septiembre 2015, 16:48
«España será la próxima campeona de Europa y del mundo. Seguro. No hay nadie igual. No hay ningún equipo con jugadores de tanta calidad», vaticinó el seleccionador eslovaco Jan Kozak después del encuentro en Oviedo. Andrés Iniesta y Sergio Busquets volvieron a brillar como ... en sus mejores días con La Roja, pero por encima de todos resaltó David Silva. El canario sumó su asistencia número 20 en la era Del Bosque y sobre todo demostró jerarquía. «Ese gol nos ha venido muy bien», reconocía el enganche del City. «Estoy más maduro... porque me voy haciendo más mayor, siempre aquí me he sentido importante. Llevo cerca de nueve años, 92 partidos, 23 goles y muchas asistencias. Estoy contento con mi trayectoria en la selección: dos Eurocopas y un Mundial. Ojalá siga así y tras clasificarnos ir a por la tercera Eurocopa», decía con media sonrisa el canario al ser preguntado por si era su mejor momento. «Haces unos partidos buenos, luego se olvida y me preguntan otra vez si es el mejor momento de mi carrera. Estoy en buen momento, como el equipo. Somos un equipo de toque y desde la Eurocopa de 2008 somos una referencia con ese estilo».
Acusado de ser algo irregular, desde Zilina ha crecido su participación en cada partido. Desde la derecha, la izquierda o incluso en el centro, en Oviedo participó entre líneas y fue el amigo de todos. Asistió y solo le faltó acertar alguno de los remates, cuatro, que dispuso: «No he estado bien de cara a gol, pero lo importante es que gane el equipo. Puedo mejorar claro, pero aquí soy el máximo goleador y estoy contento», advirtió con sensación de que esta vez no quiere que no caiga en saco roto su aportación. «El liderazgo lo he tenido siempre aquí, con lo que hecho pienso que tengo jerarquía».
Del Bosque sí que se la otorga. «Queremos que jueguen donde lo hacen con sus equipos, Silva está con muchas ganas de llegar a gol y de hacer bien las cosas. Eso es muy bueno para la selección. Se compenetra bien con Juanfran y está haciéndolo muy bien». De sus botas salió el tanto que desatascó el partido. Alba explicó que «Silva siempre me busca por ahí y me ha puesto un 'caramelito', que sólo tenía que cabecear». El lateral, que logró en Oviedo su sexto gol con la selección confirmando su importancia en el juego ofensivo, se congratuló del nivel mostrado en Oviedo. «Hacía tiempo que no veía jugar a la selección así», recordó. Esa misma sensación tuvo Iniesta. «La gente ha disfrutado con nuestro fútbol y eso es importante. Esperemos ir a más», deseó el manchego antes de insistir en que «no es fácil atacar a un equipo con defensas tan cerradas, hay que asociarse cuanto más mejor».
Aunque no fue su mejor día, Cesc Fábregas también buscó al canario sobre el césped. «Desde la Eurocopa 2008, siempre que me he juntado con Silva e Iniesta las cosas han salido bien. Nos entendemos bien, son jugadores 'top'. Es importante ganar, pero también no perder nuestra identidad por querer ganar», dijo el '4' del Chelsea antes romper una lanza por su compañero Diego Costa. El hispano brasileño sigue incómodo entre tanto pase, pero forzó el penalti del 2-0. «Es más de ir a la espalda, de crear espacios pero dentro de tanta combinación necesitamos a alguien que abra huecos. Diego Costa te da cosas que pocos delanteros en el mundo te dan», recordó el catalán.
En el debe de España queda que la posesión llegó al 75% y, pese a que la sensación era de mayor verticalidad que otras noches, no hubo muchos remates a portería pese a que casi 30 veces hubo centros al área. «Se ha jugado muy bien, creando ocasiones como antaño», consideró un Iker Casillas que recordó la importancia de llevar cuatro partidos sin encajar.
Gradas vacías
El otro tema de conversación, además del buen juego y las cábalas para la clasificación, fue ver muchas gradas vacías en el Carlos Tartiere. «Me hubiera gustado que estuviera lleno, pero lo más importante es que los que hayan venido se fueran satisfechos», reconoció Del Bosque. Preocupa ver muchos asientos vacíos para animar a España, algo que ya sucedió en el último partido de clasificación en Sevilla. Desde la Federación, que en los días previos había vaticinado un lleno, no oculta que la ausencia de público es algo que empieza a preocupar.
En el amistoso de León, recordado por los pitos a Piqué, sí que hubo lleno pero en Oviedo se vieron unas 7.000 localidades vacías, un porcentaje de aforo (más del 20%) incluso superior a lo ocurrido en Sevilla ante Ucrania. Entonces, unas 10.000 localidades del Sánchez Pizjuan se quedaron sin ocupar pese a ser un duelo clave, y oficial, de la fase de clasificación para la Eurocopa 2016.
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