Piqué, otra vez silbado y abucheado en el Reino de León

«Imagino que habría más gente del Madrid que del Barça en León. Fue una broma que hizo Gerard. No se le debe dar más importancia», comentó este jueves Xavi Hernández durante su presentación con el Al Sadd catarí en alusión a los abucheos y pitos dedicados a Piqué en la sesión preparatoria del miércoles. Horas después, el Reino de León se dividía con Piqué, con miles de voces, prácticamente todas, en contra de Piqué, que apagaron los tímidos gritos a favor del jugador. El surrealismo recordó a lo que ocurre en el Santiago Bernabéu cuando Iker Casillas es pitado por una parte cada vez más importante de la afición del Real Madrid, mientras otra aplaude -aunque apenas se la oye- al capitán del equipo blanco.

Casillas tiene al enemigo en casa, y Piqué, marcado también por pertenecer a un equipo que genera ya demasiadas antipatías por su catalanismo y llamadas al independentismo, a partir de ahora también lo puede tener cuando defienda a España en el territorio nacional. Es así de triste, incomprensible y reprobable, pero al menos así ocurrió en León. Como se esperaba, no fue titular ante Costa Rica, pero Vicente del Bosque, muy molesto por los pitos de la víspera a Piqué en el entrenamiento y en los prolegómenos del partido, quiso dar normalidad a la situación al sacar al azulgrana al campo, cuando podía haberse evitado que la afición española quedase retratada, que el jugador se convirtiese en víctima de su indignación, y que sufriese molestias en la recta final que pudieran evitar que juegue el domingo contra Bielorrusia en un partido clave en el camino hacia la Eurocopa. Piqué aguantó y jugó como sabe, rebelándose con el balón contra los gritos de la grada. Cuando sintió molestias, algunos llegaron a pensar que Piqué quería borrarse del encuentro de Minsk, pero el central soportó los pitos hasta el final en un duelo tan desagradable para él. Al final, lógicamente, Piqué no quiso hablar con la televisión.