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UDL y SDL se suben a un escenario impensableUnión y Sociedad, ambos Logroñés, vuelven a cruzar caminos. Será la décima vez en la liga y la undécima en total. Se cruzan en un ... escenario impensable para el primero y deseado por el segundo. Impensable porque ningún unionista esperaba vivir una temporada como la actual y deseable para el societario, que en un mismo partido puede reforzar su condición incluso al ascenso directo y, de paso, dar un golpe definitivo a su rival hacia una temporada más en la misma categoría, incluso sin llegar a jugar el 'play off'. Un duro castigo.
Si hace unos pocos días alguien se hubiera atrevido a adelantar un enfrentamiento entre Carlos Lasheras y Carlos Pouso en el banquillo, le hubiesen tachado de loco. Primero, porque hace veinte días que la UD Logroñés dio la alternativa a su tercer entrenador del ejercicio, Yayo Urzay; segundo, porque el hábitat de Lasheras es el despacho y hacía veinte años que no entrenaba. Y aquella última experiencia se redujo a un único encuentro. Lo dicho, una locura.
Ninguno de los dos entrenadores fue una estrella como jugador. Futbolistas de afición y de trabajo. Ahora bien, ambos sacaron una enorme rentabilidad a su coincidencia en el Mirandés. Lograron crear un bloque tremendamente competitivo que ascendió a Segunda y que llegó a jugar una semifinales de Copa contra el Athletic. ¿Qué éxito es más determinante? La Copa le otorgó reconocimiento inmediato, y el ascenso el inicio de unos lustros brillantes que aún lucen, porque en Anduva se disfruta de fútbol de Segunda cada quince días. Y cuando bajó a Segunda B recuperó su estatus en el fútbol profesional con celeridad. Ésta en su sexta temporada consecutiva en Segunda, undécima desde el verano del 2012. No es necesario preguntar en Villarreal; en Miranda, a un paso, también tienen respuestas.
Sin embargo, el de Las Gaunas y el del fútbol capitalino es el escenario en el que se libra una batalla mucho más decisiva para la Unión que para la Sociedad, porque perder o empatar le penaliza mucho más. Sobre todo si pierde. Y no sería la primera vez, porque la historia de este derbi recuerda que la SD Logroñés ha ganado en tres ocasiones por dos la UDL, aunque el empate, hasta cuatro, mande. Si dolorosa fue la derrota del 29 de agosto del 2012, en Copa, la primera; mucho más lo fue la del 18 de septiembre del 2022 (1-3) en la cuarta jornada de la temporada que supuso el descenso unionista a Segunda Federación. Aquel fue el primer gran golpe que recibieron los hombres que entonces aún entrenaba Albert Águila.
Unión y Sociedad representan los dos extremos de entender el fútbol. La primera es una empresa privada que tiene claro que seguirá siéndola; la segunda, un club de socios que busca nuevos caminos que explorar; la primera tiene grabada a fuego la palabra 'ascenso', exigencia que le lastra día tras días porque no es capaz de convertir su ambición verbal en futbolística; la segunda es mucho más prudente en sus retos, aunque Javi González proclamase a los cuatro vientos la intención de ascender directamente; y así se podrían seguir estableciendo diferencias entre ambas formas de entender el fútbol.
Entenderlo en una ciudad que siempre ha mantenido una relación muy especial con el llamado deporte rey. Añorando tiempos mejores no ha sido capaz de entender en este siglo, y ya se ha consumido un cuarto, lo que significa el fútbol para una capital de provincia. Y todo ello a pesar de regarlo con euros, pero sin llegar a superar la sequía persistente.
Día de derbi, aunque éste no es uno más. Trasciende el calificativo, porque el partido que juegan Unión y Sociedad Deportiva Logroñés no solo reparte los tres puntos, sino que abre o reafirma la recta final de la temporada. La Sociedad, por momento y por números, es favorita, si bien la incertidumbre y la incógnita en la que vive la Unión permite pensar que la lógica se puede romper.
Salvo Carlos Lasheras y su entorno nadie sabe cómo afrontará la UD Logroñés este compromiso. Todo es secretismo en el club de Valdegastea. Semana de trabajo a puerta cerrada y todos en la lista. Aun así, es difícil sorprender en una categoría en la que falta imaginación y sobran halagos.
Los movimientos invitan a pensar en una UD Logroñés veterana. «Les he dicho que les he traído yo», dijo Lasheras al referirse a su charla con los jugadores. Con los que ha traído, porque otros llegan de abajo y da la sensación de que se apoyará en los primeros. No por demostrar que los anteriores técnicos estaban equivocados o no supieron sacar el rendimiento que se supone tiene este equipo, sino por hacer público el potencial de la plantilla siempre y cuando gane, porque aquí la clave es ganar.
Lasheras apela a un once competitivo, algo que no ha sido casi nunca este equipo, a la verticalidad y al ritmo, aunque para que sus hombres plasmen todo eso en el césped necesitará algo más que una dosis de testosterona, amor propio o como quiera llamarlo. Juegue quien juegue, evidenciará la pelea interna que hay en el club por su control. Y el que pierde es el club.
Por parte de la Sociedad Deportiva Logroñés, Carlos Pouso tendrá que plantear el partido con la ausencia de Pau Miguélez, uno de los habituales, por acumulación de tarjetas.
Los que sí podrán ser de la partida son Sergio Gil, Castillo y Castañeda, que han estado entre algodones durante la semana.
«Al final lo plenteamos como un partido más aunque sabemos que será especial. La UDL tiene un gran equipo y será un rival difícil», aseguraba el capitán de la SDL, Argente, en la previa del partido.
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