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Zubieta, tierra de sueños para los muchos jugadores que añoran vestir la camiseta del primer equipo de la Real Sociedad y mirar hacia lo más alto de de Anoeta, el particular teatro de los sueños guipuzcoano. Tierra de sueños o pesadilla de la que es difícil despertar, aunque el fútbol da la opción de resucitar al menos cada siete días. La UD Logroñés regresa a Zubieta, donde ha jugado doce partidos en dos categorías diferentes y a la que ha llegado marcada por la tragedia o ha salido señalada por la derrota.
La relación del fútbol riojano con el donostiarra no es nueva. La UD Logroñés es un renglón más en ese libro futbolístico que los más jóvenes, o no tanto, han visto escribir con su mejor caligrafía merced a la presencia del Logroñés en Primera División. Doce partidos jugó el añorado club en Atotxa y Anoeta, con su particular calvario, el que vivió el 14 de mayo de 1995, con el equipo descendido y encajando una dolorosa derrota, 6-0. Amarga despedida para un portero que marcó época, Iñaki Vergara, y otros jugadores de la casa, como Dulce, Jubera o Matute. Los dos primeros sufren ahora con la UDL.
«Al menos, el equipo se ha desgastado y ha competido». La frase es de Sergio Rodríguez y la pronunció el 14 de mayo del 2023, casi treinta años después de aquel 6-0. La UD Logroñés había empatado (0-0) en el primero de sus últimos partidos en la categoría, porque aquel día compareció en Zubieta como conjunto descendido, cuyo futuro estaba en Segunda Federación. Se pensaba en un paréntesis efímero, pero al menos serán tres las temporadas, mínimo, en esta pobre división.
Mayo es el mes de los sueños o de la decepción e incluso indiferencia. La UD Logroñés comparece de nuevo en Zubieta, pero esta vez para medirse a la Real Sociedad, equipo casi al que temer a tenor del discurso más reciente de Carlos Lasheras. «Me enfrento a un equipo descendido, a un segundo filial, a jugadores de 18 y 19 años con una calidad tremenda, sin exigencias, sin presión, pensando más en el futuro y al que no le afecta tanto el resultado ni la clasificación. Eso por un lado. Por otro, nosotros venimos de cinco partidos de derrotas fuera de casa, sin hacer gol. Por eso digo que es un partido complejo, porque es un rival fresco todavía pese a que ha descendido y nosotros vamos con esa rémora de los últimos partidos», decía el técnico del equipo con mayor presupuesto de la categoría.
Difícil disfrutar de Anoeta bajo esta atmósfera. Sergio Rodríguez, conocedor de Zubieta, se conformó hace dos años con la actitud competitiva de sus hombres. Carlos Lasheras pide lo mismo, aunque aquí vive aún el estímulo de la Copa del Rey. Será la segunda vez que se mida al tercer filial donostiarra. La primera se saldó con derrota, la primera de la temporada. Llegó en la decimocuarta jornada y supuso una enorme decepción, pero el equipo de Diego Martínez se rehizo y acabó, al menos, jugando el 'play off' de ascenso. Al actual se le ha agotado el tiempo.
Jornada unificada la penúltima y, por supuesto, la última. Al menos por ahora. La UD Logroñés se cita en Zubieta con la Real Sociedad C, pero no será el único punto de interés blanquirrojo en su pugna por la plaza que da acceso a la Copa. Su mirada buscará también lo que suceda en Isla.
Si la UD Logroñés acaba la jornada en ese sexto puesto significará que el Ejea, que también suma 49 puntos, no ha ganado en Isla, lo que sería una fantástica noticia para el fútbol riojano solo superable, en el caso serrano, porque los tres puntos se quedan en Isla. Ahora bien, no todo depende del Anguiano. La UD Logroñés necesita un mejor resultado que el Ejea y eso pasa por empatar, triste, o ganar, más llamativo.
A estas alturas de la temporada, la UDL no engaña a su aficionado. La temporada es desastrosa y la crítica, más allá de apelar a la peculiaridad el fútbol, inexistente. «Yo qué sé. El fútbol es esto y ocurren estas cosas», decía Carlos Lasheras el viernes para explicar sin explicar la temporada, sus vaivenes y el nulo rendimiento en los despachos, en el banquillo y en el campo.
El preparador insiste en la profesionalidad y el honor del escudo y la camiseta para motivar a sus jugadores, amén de clasificarse para la Copa, apetencia económica y distracción deportiva. Lógicamente, mejor jugarla por derecho que cargar el calendario con cinco o seis partidos de Copa Federación, aunque como es fútbol no se sabe qué es mejor hasta haberlo vivido.
En lo que sí parece más previsible el fútbol es en la idea y los protagonistas en los que piensa el entrenador. Desde su llegada al banquillo ha dejado bien claro quiénes son sus hombres, con pequeños retoques de una semana para otra. Y en eso no variará. Si que puede hacerlo en los marcadores lejos de Las Gaunas y ganar a domicilio tras una sonrojante serie de cinco derrotas consecutivas.
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