La SDL vuelve a sonreír en Las Gaunas

Lo sucedido en Las Gaunas este domingo lo resumió Pouso, entrenador de la SD Logroñés, en la sala de prensa: «El fútbol hoy no ha sido justo, lo mismo que para mi gusto ha sido injusto otros días. Hemos ganado en el peor partido de la temporada, en casa y fuera».

Inicio de estudio y toma de apuntes entre SD Logroñés y Calahorra. A estas alturas nadie sorprende a nadie, pero unos minutos de análisis son necesarios al principio de cada partido. Después de unos escarceos muy tímidos, la tarde soleada se desperezó en Las Gaunas a los veinte minutos, de golpe, cuando Hualde barrió a Basurto dentro del área visitante. La acción nacía en un balón perdido por el Calahorra en la salida. Penalti tan innecesario como claro. Nadie protestó. El colegiado estaba a un metro de la acción. Tarjeta para el defensor y Pau Miguélez delante del balón en los once metros. Transformó con calma, por encima del portero, ahuyentando antiguos fantasmas blanquirrojos desde el punto fatídico. Ventaja local en un derbi de la categoría. Y faltan unos cuantos.

Se ponía de cara el partido para los locales. Y más que sopló el viento de cara para la SD Logroñés cinco minutos después, de nuevo por regalos visitantes. Indecisión calagurritana entre Bueno y el portero Brimah, Rubio que persigue con fe la pelota y el portero del Calahorra se choca con el delantero blanquirrojo fuera del área. Resultado:tarjeta roja para Brimah y el equipo rojillo con más de una hora por delante con un hombre menos. La falta la lanzó Castañeda con intención y Brais se estrenó en el partido con una buena intervención, bien colocado.

A pesar de lo que podría parecer por el escenario que se acababa de dibujar, el Calahorra echó mano del orgullo para intentar meterse en el partido y a punto estuvo de lograrlo con un disparo de Jorge Martínez-Losa dentro del área al que Oriol respondió con una buena mano. El saque de esquina lo remató el propio delantero rojillo por encima del larguero.

Durante toda la primera mitad el espigado futbolista fue el faro sobre el que pivotaban todas las acciones de ataque del Calahorra. Balones a Jorge Martínez-Losa para que los peinara o intentase controlar.

Se llegó al descanso con poco más que contar en Las Gaunas. Si acaso una salida de Brais a los pies de Basurto.

Dos disparos por encima del larguero nada más reanudarse el partido dejaron claro que el Calahorra no se iba a conformar. Iván Ruiz movió banquillo y sacó a Pascual y Chus Villar.

No tardó Pouso en responder con otro cambio, triple, para dar entrada a Álvaro, Albizua y Castillo. El objetivo era controlar el partido y no dejar que el Calahorra creyera en obtener algún puntos en su visita a Las Gaunas. Aunque el partido lo controlaban los locales, un gol está en cualquier acción aislada y la SD Logroñés necesitaba matar el duelo.

Lo lógico hubiera sido que a medida que transcurrían los minutos el campo se le hiciera grande, muy grande, al Calahorra. Sin embargo, los de Iván Ruiz no le perdieron la cara al choque y trataron de llegar al área de Oriol. Aunque el partido entró en una fase de falta tras falta que hacía imposible dos jugadas consecutivas.

El Calahorra la tuvo en botas de Zubiri cuando el reloj marcaba el minuto 80. El balón se le quedó al jugador del Calahorra dentro del área local y en el mano a mano con Oriol intentó superarlo por bajo. Felino, en una exhibición de reflejos, el meta de la SD Logroñés despejó el peligro. Lamentos en el banquillo visitante.

Mientras, en el banquillo local Carlos Pouso no las tenía todas consigo y gesticulaba mucho ordenando a sus jugadores. Y es que el Calahorra era el que buscaba el tanto del empate para desesperación del público local que se temía lo peor.

Un balón largo a Álvaro pudo significar la sentencia pero el esférico se le quedó atrás al delantero de la SD Logroñés y la jugada quedó en nada.

Lo siguió intentando el Calahorra que en el tiempo añadido vio cómo Oriol salía con autoridad por alto para desbaratar la última oportunidad de un derbi con más emoción que fútbol sobre un césped castigado pero que aguantó mejor de lo que parecía al principio.