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Con paso firme. Y con recursos suficientes. La Sociedad Deportiva Logroñés continúa en la zona más noble de la categoría gracias a la victoria en Sotoburu, un campo de dimensiones reducidas de hierba artificial. La textura del campo no es un inconveniente para los ... blanquirrojos, acostumbrados a entrenar en Pradoviejo. Pero el equipo de Carlos Pouso está demostrando ser camaleónico: poco le interesa el campo en el que se juegue.
Prueba de ello es que los blanquirrojos ganaron en Isla a un combativo Anguiano y el sábado lo hicieron en casa del Subiza, un intenso equipo plagado de juventud como el del filial osasunista. Los de Pouso, además, mostraron temple y carácter, dos aspectos que describen los motivos de una nueva victoria (cuatro en seis encuentros), y en los minutos finales.
Tres de esas cuatro victorias de la SD Logroñés se alcanzaron en los minutos finales. El 15 de septiembre, los blanquirrojos ganaron al Arenas con un doblete de Diego Lamadrid, el último tanto en el descuento de un encuentro que comenzaron perdiendo. En el 84 consiguió el bloque de Pouso el triunfo en Isla ante el Anguiano, esta vez con un tanto en propia puerta de Zaldua. Y el sábado, los blanquirrojos anotaron el gol del triunfo en el 85, otra vez gracias a un Lamadrid que parece ser el especialista en desatascar los partidos.
El sábado, los de la capital supieron jugar con tranquilidad, no desesperar en los momentos críticos, y hacer gala de templanza para sacar adelante un encuentro que se complicó también en los minutos finales.
A la SDL le costó arrancar diez minutos y durante ese lapso supo aguantar las embestidas del Subiza. Cuando cogió las riendas no tuvo pegada y, en el momento en que mejor estaba, encajó un gol –de Asirón– en una transición rápida que dejó mal parada a la defensa blanquirroja. El bloque de Pouso no desesperó. Comenzó a trabajar de cero y volvió rápidamente a asumir el mando del partido.
El premio del empate llegó en el 60, en una gran jugada de Raúl Rubio, que desde la derecha trazó una diagonal arrastrando a todos sus marcadores. El delantero vio a Álvaro Rubio solo y el de Colindres solo tuvo que tocar el balón al costado de Rafa Fernández. El 1-2 volvió a ser del cántabro con un cabezazo a un centro de Sergio Gil, uno de los recambios blanquirrojos que dio otro aire al equipo.
Sin embargo, el empate de Gascón, a seis del final, pudo haber arruinado la existencia de la SDL. Todo lo contrario, en la jugada siguiente Diego Lamadrid vio la oportunidad de disparar otra vez desde fuera del área y enviar el balón a la izquierda del portero del Subiza para gritar una nueva victoria blanquirroja.
Ese carácter y templanza en los momentos clave del choque permitieron sumar otros tres puntos a los de Pouso, que supieron también sobreponerse a las importantes bajas de Mikel Montero y Nacho Ruiz, dos de los referentes de la zaga blanquirroja esta temporada.
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