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La vida da muchas vueltas. Tantas que vuelve a juntar como compañeros de viaje a individuos que parecían estar en momentos y situaciones vitales opuestas. ... Es lo que va a pasar este domingo, a partir de las 17.00 horas, sobre el terreno de juego de Las Gaunas. En el tradicional saludo de entrenadores de los dos contendientes se verán las caras dos viejos conocidos, Carlos Pouso y Carlos Lasheras.
En una situación normal, lo que va a pasar este fin de semana no entraría en la cabeza de nadie. El de Lejona vive momentos felices en la Sociedad Deportiva Logroñés, con el deseo de lograr el hito del ascenso en la temporada que ya ha anunciado hace escasas fechas como la de su retirada. El vizcaíno siempre ha preferido el césped a los despachos, aunque ha tenido sus etapas como director deportivo, y cerrará su extensa vida en el fútbol en el banquillo blanquirrojo. El de Beasáin, por su parte, prefirió alejarse de un terreno de juego en el que acumuló casi 350 partidos como jugador en la extinta Segunda B. Aurrerá y Alavés B le recuerdan como entrenador a comienzos de siglo. Pero Lasheras se hizo realmente un nombre como constructor de equipos desde la dirección técnica. Ahí es donde se ganó una reputación que le ha llevado a clubes como Burgos, Mirandés, Ponferradina, Sestao o la Unión Deportiva Logroñés en dos etapas.
No deberían haberse cruzado más allá de un protocolario saludo, pero la complicada situación de la UDL hizo que Lasheras tomara directamente las riendas del primer equipo porque, según afirmó su presidente Félix Revuelta, tiene altos los índices de valor y testiculina. La alegría de uno contrasta con las urgencias del otro.
En otro momento, habría sido interesante sentar a ambos a una mesa para que cruzaran anécdotas. Sobre todo, aquellas compartidas, cuando coincidieron en un Mirandés al que colocaron en el mapa futbolístico profesional español y con el que protagonizaron una de las historias más épicas de un torneo que se presta a ello como es la Copa del Rey. Y es que Pouso y Lasheras, Lasheras y Pouso, lideraron un Supermirandés que está todavía en las retinas de los aficionados futboleros, ese que alcanzó las semifinales coperas en la campaña 2011/12.
Hace unos años, se podían leer unas declaraciones a los medios del entrenador actual de la SD Logroñés en las que aseguraba que, «en el Mirandés, Lasheras y yo éramos Dios y el Espíritu Santo». No era para menos. La alianza de ambos en tierras burgalesas fue exitosa, la más exitosa hasta entonces de la historia de la entidad rojilla.
Con ellos a los mandos, el equipo ascendió a Segunda División con una gran campaña en la que ganaron 23 partidos, empataron 13 y solo cayeron en dos ocasiones en Segunda B. Para el club, los aficionados y la ciudad fue el sueño cumplido que, además, llegó acompañado de una progresión en la Copa del Rey que entonces (y todavía ahora) se calificó como milagrosa. En las primeras rondas el Mirandés eliminó, por este orden, al Amorebieta (0-1), a la Balompédica Linense (3-1) y a la Unión Deportiva Logroñés (3-1 en la tercera ronda). Ya a doble partido, Pouso y los suyos se midieron a un Villarreal que jugó la Champions esa campaña (1-1 y 2-0). El siguiente en caer fue el Racing de Santander, entonces en Primera y destino del propio Pouso unos años después. 2-0 en la ida y empate a uno en la vuelta.
En cuartos tocó otro primera, el Espanyol, En terreno perico los burgaleses cayeron por 3-2 y en Anduva llegó el éxtasis, con un 2-1 que clasificó a los rojillos para unas sorprendentes semifinales en una hazaña que no se ha repetido desde entonces.
La quimera acabó en esa penúltima ronda. El rival era de calado, un Athletic Club que aspiraba a alcanzar la final de su torneo fetiche. En Anduva, el Mirandés aguantó a los leones, que se llevaron un valioso 1-2. Sin embargo, en la vuelta en San Mamés los rojiblancos no quisieron sorpresa alguna. Los de Marcelo Bielsa ejercieron de reyes de la selva y acabaron con el precioso cuento de su rival. Ese año, el Athletic llegaría también a la final de la Liga Europa. Perdió las dos finales.
Pero el colofón de esa campaña 2011/12 fue el ascenso a Segunda División. Pouso y Lasheras se mantuvieron en sus respectivos puestos aunque acabaron saliendo después con rumores de mala relación entre ambos que el preparador vizcaíno desmintió. Lo que está claro es que ni uno ni otro se marcharon de Miranda de Ebro como hubieran querido.
La salida del técnico llegó al final de la campaña en Segunda, para recalar en una UD Logroñés en la que también hizo historia a pesar de no lograr el ascenso y en la que permaneció tres campañas en el banquillo. Fue en la temporada 2018/19 cuando Lasheras recaló en la UDL, logrando el ascenso a Segunda. Separaron sus caminos y pasaron por el mismo cruce pero no se encontraron en el club capitalino.
Este domingo se volverán a saludar en Las Gaunas, esta vez en una nueva y atípica situación, sobre todo para el de la UDL. No será el primer derbi para Pouso como entrenador, sí para Lasheras como jefe del banquillo. Las sorpresas de un destino caprichoso. Ese destino que les unió para forjar aquel añorado Supermirandés y que ahora les enfrenta en Las Gaunas en el derbi blanquirrojo.
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