Jon Madrazo intenta jugar el balón por su banda izquierda. RODRIGO MERINO

Fútbol | Alfaro-UDL

Aficionados de la UDL agreden a un niño y tiran sillas

La agresión a un niño de 14 años por unos contados aficionados blanquirrojos fue la única muesca en una ejemplar convivencia entre hinchadas

E. P.

Lunes, 23 de diciembre 2024, 08:29

Sonó la voz del pequeño Héctor por la megafonía antes de que el pitido diera inicio al partido en La Molineta. En nombre de todos los niños presentes en el derbi riojano, pedía un partido de sana rivalidad entre los dos conjuntos, sin insultos, con ... respeto y cada afición animando a su equipo. Su petición se cumplió durante todo el partido, con una convivencia entre ambas aficiones ejemplar entre las cerca de 800 personas reunidas. Pero tras el pitido final, unos muy pocos aficionados de la UDL dejaron el momento bochornoso del derbi. Agredieron a un niño de 14 años.

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Como es habitual tras cada partido, los jugadores del Alfaro se acercaron a la contragrada para saludar a los fieles aficionados que ahí se ubican. Salían del campo la pequeña parte de la afición que había permanecido a la intemperie pese a la fría lluvia. Y unos contados logroñeses empujaron varios asientos, entre ellos uno con el niño, tomaron otros para arrojarlos... Jugadores, aficionados y, a la carrera desde la puerta del campo, la Guardia Civil frenaron sus intenciones. Los agentes identificaron a varias personas. Atemorizado por lo vivido, la familia del niño confirmó a este periódico que pondrá hoy la correspondiente denuncia.

Pese a ese momento lamentable por unos muy pocos, la práctica totalidad de los asistentes cumplieron la petición de Héctor. Eso sí, pasaron muchos minutos hasta que las aficiones se hicieron oír. Había una calma tensa. O quizá el sorteo de la lotería era protagonista de las conversaciones. Cumplido el primer cuarto de hora, con las primeras llegadas locales, la afición alfareña empezó a empujar. Pocos minutos después alzaron voz y megáfono los logroñeses arengados por las dos faltas a pie de área.

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El empuje de cada equipo animó a sus aficiones. Más los blanquillos en una gran primera parte. Hasta el descanso, la organización del partido había ubicado a los alfareños en la grada y a los logroñeses en frente. Durante el descanso se desató el vendaval y comenzó la fría y fina lluvia. La gran parte de los logroñeses se refugiaron en la grada. Sin ningún problema. Todo lo contrario: compartieron frustración con los alfareños.

El Alfaro supo adaptarse en todo momento a circunstancias que viven diariamente, como el cierzo racheado. También al césped rápido por la lluvia. La UDL no se aclimató y volvió a tambalear fuera de Las Gaunas. La pitada que recibieron sus jugadores en La Molineta fue de los suyos, de su afición cabreada.

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