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Domingo, 24 de noviembre 2024, 14:52
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«No puedo estar imaginando situaciones. Toda mi energía esta centrada en lo que depende de mí, en el trabajo diario y en ganar al Barbastro para cambiar el chip y la dinámica, que es muy importante para recuperar la confianza necesaria para dar el mejor nivel».
Miguel Flaño no piensa en la destitución, sino en mañana lunes y en comenzar a trabajar. Es lógico que no lo admita, pero sabe cómo se mueve este negocio y ahora mismo el es la pieza a sacrificar en busca de un cambio en el rumbo y de la reconciliación con una afición que este domingo le ha sentenciado una vez más. A nueve puntos del liderato que defiende con fuerza el Arenas y con el riesgo de salir este mismo domingo de las plazas de 'play off', pero sobre con unos síntomas muy evidentes de proyecto agotado. Flaño ha vivido este domingo en Isla su comparecencia más difícil. No veía, eso decía, este partido como un antes y después en su etapa en la UD Logroñés, como un encuentro decisivo para él, pero lo era.
MIguel Flaño
«El palo es duro, muy duro. Un día duro. Siempre hemos ido a remolque tras su primer gol. Hemos tenido ocasiones en un campo peculiar y complicado para haber empatado antes y una vez que hemos marcado hemos concedido un regalo que nos hace perder. Estamos muy jodidos, pero confío en el equipo y mañana nos tenemos que levantar», decía en sala de prensa, minutos después de vivir la soledad en el túnel de acceso a la misma. Solo, mirando hacia el suelo y pensativo.
Aun así, el técnico piensa en mañana, en el lunes, en volver a trabajar y penar que este domingo solo es un mal sueño. «El equipo está vivo y lo demuestra con su actitud en cada partido, pero hoy hemos concedido dos regalos y eso hace que sea imposible sumar los tres puntos. No suelo comentar mucho con los nervios a flor de piel, pero hoy es un momento muy complicado. Me duele mucho, pero mañana nos levantaremos. Hoy es día de pocas palabras. Asumimos que no estamos como queríamos y que debemos trabajar más», explicaba antes de mostrar su disconformidad con una superioridad local en la pelea. «No estoy tan de acuerdo. El resultado cambia la perspectiva del análisis. Hemos creado como para tener otro marcador, pero no me escondo y reconozco que el día es muy duro. No nos vale con lo que estamos haciendo y así lo refleja la clasificación. El objetivo es estar en lo más alto y no lo estamos. Por muchas cuentas que hagamos, hay que ir día a día y sacar adelante el siguiente partido», añadía.
MIguel Flaño
Así, Miguel Flaño entiende que el primer paso es «aceptar lo que ha ocurrido y afrontar la situación de la mejor manera», apelando a la esperanza. «Uno puede salir reforzado de situaciones adversas», dice. La cuestión es si él llegará a mañana como entrenador de la UD Logroñés o Sergio Rodríguez, candidato número uno, regresa al césped. El proyecto está muy tocado, no solo en la clasificación o en el vestuario. Y el club hará lo que estime oportuno para cambiar el rumbo, porque ahora su masa social le demanda movimiento. «La afición ha mostrado el enfado y el disgusto. No comparte la situación y le respeto, pero confío en el trabajo que hacemos. Yo siento que el equipo está vivo. Ahora bien, soy consciente de que hay que hacer algo mejor y sacar el mayor rendimiento de la plantilla», asumía Flaño en su día más duro en la UD Logroñés.
Héctor Urquía Entrenador del Anguiano
«Competimos con profesionales pero nuestros chavales tiene que ir mañana a currar». Esta frase de Héctor Urquía puede definir a la perfección la hazaña conseguida por el Anguiano durante la tarde de ayer en Isla. Sus jugadores superaron «a base de trabajo y valores» al que para ellos es su equipo de referencia.
No quiso hablar de que fuera la victoria más importante de su trayectoria ya que la del Ardoi «fue más bonita porque nos ha permitido jugar estos partidos». Sin embargo, no quiere quitarle mérito a estos tres puntos que le alejan del descenso. «Nosotros tenemos que ir pasito a pasito, no estaremos tranquilos hasta conseguir la permanencia; hay que mantener la confianza en el trabajo del día a día y el gran grupo humano que tenemos», añade el entrenador.
«Queremos demostrar que con trabajo todo se puede conseguir aunque los presupuestos, los campos o los socios estén alejados de ti; hay cosas que son más intangibles como los valores de equipo, el ser aguerridos y el ser una familia. Eso es lo que lleva trabajando la familia Neila desde hace más de treinta años, no es algo de ahora», concluye Urquía.
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