Orobengoa devuelve la tristeza al vestuario del Racing Rioja

Nacho Martín, que llegaba por primera vez al Mundial'82 como técnico del Racing Rioja, quería ver a los suyos con la fuerza y la perseverancia de una semana atrás. Después de remontar al Beasain, el conjunto logroñés asumía el enorme reto de medirse con uno de los favoritos del grupo. Un equipo joven y con potencia que apenas perdonó un balón durante el primer tiempo.

El primero en tomar la iniciativa en el ataque txuri-urdin fue Arzak. El jugador donostiarra hilvanó dos grandes ocasiones en apenas cinco minutos que se encontraron con Arturo bajo palos y con Saúl defendiendo el interior del área chica. Del otro lado, los riojanos, pese a intentar cortar de raíz las incursiones del rival, no conseguían hacerse con buenos balones con los que tantear la puerta de Fraga hasta que Pitu consiguió driblar a la zaga realista para lanzar desde la lejanía por encima del larguero. Agua.

Los que fueron más precisos en sus disparos fueron los vascos ya que, instantes después del primer coletazo de los locales, Orobengoa estrenaba el marcador del Mundial'82 con un remate a placer al centro lateral de Azkune desde la banda derecha.

Siete minutos tardó la Real Sociedad C en aumentar su renta a domicilio en las botas del mismo jugador. Orobengoa quiso más y encontró premio con una internada por la banda que logró rematar en la esquina del área al fondo de las mallas mientras la grada racinguista clamaba por un fuera de juego no reconocido. Finalmente, el tanto subió al marcador. Pero, el Racing Rioja, lejos de hacerse pequeño por el resultado, se engrandeció con el segundo de los donostiarras.

Pitu consiguió reducir distancias en el minuto 39 después de rematar un balón que se le acababa de escapar de las manos al portero visitante. Fue el más listo de la clase pero no fue suficiente para superar a una Real Sociedad C que, pese a estar más desaparecida durante el segundo tiempo, devuelve la tristeza al vestuario logroñés.