El Náxara sigue sin ver la luz

Había que cambiar de dinámica tras caer contra dos filiales en las primeras jornadas de la temporada. Para ello, Josean García optó por cambiar su convocatoria apostando por la titularidad de Aitor Lorá y Miguel Pérez en la ofensiva, Córdoba en el lateral izquierdo o Merino en el centro del campo sacando de su once a jugadores como Carballo, Óscar o Rojo.

Aparentemente, este cambio en la hoja de ruta podía incomodar al rival cuando Miguel Pérez estuvo apunto de hundir el balón a fondo de las mallas antes del primer cuarto de hora de partido. Lanzó desde la banda derecha pero, aunque parecía que su disparo cruzado había entrado, terminó enredándose en uno de los costados de la portería.

Los blanquirrojos siguieron percutiendo con Orodea como punta de lanza. Fue en una de sus carreras buscando área rival cuando el delantero se quedaba unos minutos sentado sobre el verde teniendo que pedir el cambio. Villos pasó a liderar la ofensiva local pero el conjunto navarro empezó a sacar pecho generando tanto peligro que Miguel Martínez tuvo que echarle una mano a Toño para sacar bajo palos el remate de la Mutilvera.

Garat pasó a convertirse en la peor pesadilla de los de Nájera. Tanteó la puerta blanquiazul con un lanzamiento desde la banda derecha antes de que consiguiera subir al marcador el único gol del partido al deshacerse de la defensa local para imponerse a Toño en el cara a cara.

La Mutilvera se creció y el Náxara se empequeñeció cuando aún quedaba más de una hora de partido por disputar. Ese desánimo local no fue desaprovechado por el rival ya que los navarros percutieron sin descanso rozando el segundo tanto con la punta de los dedos. Fue desde la lejanía, con un chutazo de Tellechea que obligó a Toño a estirarse para despejar el balón por encima del travesaño.

El Náxara miraba el reloj deseando que pasase el primer tiempo aunque propició varias faltas, con Diego y Miguel Pérez como protagonistas, con las que logró alterar un poco los nervios del meta de la Mutilvera sin crear el efecto deseado.

Y el segundo tiempo llegó y con él un cambio drástico en la imagen de los de La Salera. Lo que no significa que esa posesión se tradujera en forma de goles. Sí que estuvieron a punto de conseguirlos pero los reflejos de Ekiza ganaron la pugna con los remates de Aitor Lorá, de chilena y con el empeine dentro el área.

El tiempo se iba agotando y el partido parecía estar abocado a la derrota. El enfado entre los blanquiazules era notable y muestra de ello fue la expulsión de Aday, por doble amarilla, después de que frenase con una falta una de las últimas incursiones de la Mutilvera. No sería el único ya que Rojo también vio la tarjeta roja cuando el partido ya había acabado.