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No es que sea Mario Nájera (Logroño, 2003) un jugador de extremos expresivos, aunque en Zaragoza se dejó llevar tímidamente. Disfrutó de más minutos que ... nunca en la Liga, en sus nueve participaciones, y marcó dos goles. Fue un gran domingo. De Nájera se esperaba mucho tras su cesión el pasado verano, pero los primeros meses fueron duros para él, pues dejó de entrar en los planes de Miguel Flaño. Con Sergio Rodríguez al mando ha estrenado posición, la de falso nueve, pero sobre todo se ve a otro jugador, física y mentalmente. Para quienes pudieran pensar que se iría en el mercado de invierno, todo lo contrario. Se queda y con dos objetivos muy claros: mejorar y ascender.
«Estoy muy motivado, la verdad. Siento que el míster me da confianza, que confía en mí, y ahora soy yo el que tiene que responder con buen juego, goles y asistencias. Al final, es lo que se me pide en mi posición», decía ayer, en su día de descanso.
Cronológicamente hablando, Nájera entró en los planes del entrenador navarro hasta el cuarto partido. Todo cambió a partir de ahí. «Con Flaño no terminé de encajar bien. No sé por qué, pero no bajé los brazos, sino que seguí trabajando. Con la lesión de Lupu he podido entrar más en el equipo. Cuando juego, intento hacerlo lo mejor posible», explicaba.
Y sabido es que cuando un futbolista que genera expectativas no juega es presa de rumores. «Puede ser que las expectativas fueran altas. La gente pide números a los fichajes, pero en este equipo hay buenos jugadores y existe competencia. Ahora bien, me da igual lo que la gente espere de mí. Tengo claros mis objetivos y estoy progresando», decía antes de hablar de su condición física (¿sobrepeso?). «Cuento con mis preparadores y con los del club y todos somos profesionales. En mi caso, llevo al límite ese trabajo. El míster (Flaño) no veía lo que quería en mí y ponía a otros compañeros por delante. No tengo nada que criticarle. Me ha servido para exigirme más y para mejorar. Por eso digo que me dan igual los comentarios. Mis objetivos son míos y nadie me va a hacer dudar de ellos», insistía.
La llegada de Sergio Rodríguez significaba un nuevo comienzo. Con el logroñés ha jugado seis partidos, cuatro de ellos en Liga, pero no ha sido titular. Ese rol no le invita a irse en enero, sino a reforzar su idea de continuar. «Estoy muy contento aquí, a pesar de que no esté jugando. Estoy contento porque veo que progreso. Es para lo que vine, para mejorar y, sobre todo, para ascender. Me daría rabia haber llegado en verano y salir en el mercado de invierno. Quiero pelear por el ascenso y por un sitio aquí, aunque en ocasiones todo este proceso sea doloroso. De marcharme, nada. Todo futbolista quiere jugar y más cuando eres joven», sentenciaba.
Y con Rodríguez ha ganado protagonismo y ha variado su zona de influencia en el campo. Con la lesión de Lupu se abrió para él la posición de falso nueve. «Vine para jugar de media punta o de extremo, pero la ausencia de Lupu me ha permitido mostrarme en otros sitios. He ido adaptándome y creo que ahora estoy bastante más cómodo que al principio. Mis compañeros me han ayudado mucho en esa adapta y también Sergio, que me ha dado continuamente consejos para saber cómo colocarme y moverme. La verdad es que me ha venido muy bien. La adaptación ha sido buena y creo que la progresión también lo es. Ahora bien, juego donde me diga el míster», señalaba. Lo que quiere es jugar, aunque no oculte sus preferencias. «Me da igual, la verdad, pero me gusta más jugar por dentro que de extremo. Ahora mismo, estoy muy cómodo arriba y el sistema de juego que estamos utilizando me viene bien en cualquier posición de las tres, porque al equipo le gusta tener balón», puntualizaba.
Entre sus muchas reflexiones, dos de calado. Quién es el mayor rival de la UD Logroñés en la lucha por la primera plaza y cómo debe encarar sus partidos lejos de Las Gaunas. «Nuestro gran rival en la lucha por la primera plaza somos nosotros mismos. Somos los que debemos exigirnos y los que nos ponemos los límites. Todos los rivales que están arriba son buenos, pero tenemos los enfrentamientos directos para recortarles puntos. Lo que es evidente es que todos los puntos serán importante», advierte.
Y dos, cómo jugar fuera. «Hay que acabar con el miedo a los partidos de fuera de casa y la mejor forma de lograrlo es ganando, como hicimos en Zaragoza. Hemos dado un golpe sobre la mesa y quizá hemos asustado a los equipos de la zona alta. El trabajo está dando resultados: portería cero desde la defensa, pero también desde un buen ataque. El cambio (de técnico) nos ha venido bien. Yo creo que llegará el ascenso», concluía.
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