Secciones
Servicios
Destacamos
La UD Logroñés se quedó a mitad de camino en su objetivo de este domingo. Aspiraba a ganar y colocarse segundo en la tabla a la espera de lo que hiciera el Arenas en Calahorra. Y éste hizo lo que debía, pero no los blanquirrojos, ... que completaron un mal partido, pero se salvaron de la derrota merced a una genialidad, no exenta de fortuna, de Iñaki Sáenz, que firmó un gol olímpico, el que significa además del 750 en la historia de la UD Logroñés. Deberá espera el once logroñés, pero también deberá mejorar. Un mal día del que aprender mucho. Por ejemplo, a no desperdiciar tantos minutos y apelar al arreón final.
UD Logroñés
Daza, Yasin, Monreal, Eloy (Iñaki, 72), Mateo, Sarriegi (Garrido, 62), Caballero (Barrero, 88), Agüero (Riki, 62), Nájera, Madrazo (Gualda, 88) y Lupu
1
-
1
Alavés B
Muñoz (Tafalla, 70), Álvaro, Olaiz, Ortiz, Doumbia, Mendes, Jay (Guerrero, 88), Pinillos (Fontana, 62), Aimar (Ander, 70) y De León (Morcillo, 62).
Goles 0-1, m. 25. Pinillos; 1-1, m. 75. Iñaki
Árbitro Munárriz Mateos. Amonestó a los locales Yasin y Caballero; y a los visitantes Muñoz y De León.
Incidencias: Las Gaunas. Decimonovena jornada de Liga. Tarde soleada, pero fría. 3.182 aficionados.
La tarde de expectación suele ir unida a la de decepción en ocasiones, pero siempre a los nervios e incluso a los pitos. Y así se presentó la tarde en Las Gaunas, donde quien más quien menos se las prometía muy felices. Había motivos para ello, porque la trayectoria de la UD Logroñés en casa era buena y la dinámica actual, también. Solo dos datos alteraban las buenas sensaciones: el rival y la oportunidad. Nunca se había ganado al Alavés B y derrotarle conllevaba el premio añadido de acabar la jornada segundo. Presión.
A ese escenario unió Sergio Rodríguez una nueva dupla de ataque con Nájera y Lupu. La gran novedad. Dos buenos hombres de ataque que necesitan balón y precisamente es lo que no tuvieron. Como ya ocurrió en Zaragoza, el rival se asentó antes y mejor sobre el césped. Allí lo cambió todo el primer gol de Álvaro Barrero, pero aquí no hubo gol madrugador. Todo lo contrario. La UD Logroñés se perdió. Su centro del campo no compareció, en especial Caballero. Los locales, sin salida, jugaban en campo propio y además abusaban del pase de seguridad, hacia atrás, que acabó siendo su particular trampa porque animó al Alavés B a adelantar posiciones. Así se generó la primera oportunidad clara alavesa, con Daza como protagonista ante Pinillos. Mateo insistió por enésima vez en jugar hacia Eloy, dentro del área, y se metieron en un problema. Razagados, sin salida, con líneas distantes, y todo el aparato ofensivo desaparecido. Una panorama desolador en el que mandaban Mendes y Doumbia.
Aun así, el Alavés B tampoco andaba sobrado de ideas, pero descubrió que la UDL comete errores a balón parado, a los que une su escasa fertilidad en área rival. Pinillos remató de cabeza el balón colgado Muñoz desde su banquillo. Gol. Primero desde aquel que encajó en el minuto 90 en Anguiano el 24 de noviembre. Si aquel fue importante, éste no lo era menos. Reacción o desastre.
El ruido fue mayor en la grada. Pitos e impaciencia conscientes de lo que había en juego. La UD Logroñés no mejoraba porque sus arquitectos ofensivos seguían desaparecidos. Nadie encaraba con criterio y cuando se llegaba al área se abusaba del centro a la primera y ahí Swiderski se mostraba seguro. La ausencia de ideas era tan severa que hasta al contragolpe se acababa jugando hacia atrás, como le pasó a Agüero, ausente de principio a fin. Y lo peor de todo es que no se veía solución. Al contrario. La UDL respiró con alivio cuando Olaiz cabeceó alto a la salida de un saque de esquina minutos antes de alcanzar el descanso.
Era un domingo aciago. El paso por vestuarios no cambió nada. La UD Logroñés vivía en su particular mundo. El Alavés B, por su parte, no tenía necesidad de exponer. Esperar y que los minutos fueran avanzando. Iba y venía el balón pero sin actividad en el área babazorra. El partido era áspero, con la única esperanza de que una jugada aislada lo hiciera más digerible. Pudo conseguirlo Sarriegi en el segundo palo, tras un error de Swiderski por alto, pero le faltaron un par de números a su pie para dejarlo en la red. Poco después, el portero volaba, adornándose, hacia su palo largo para desviar el testarazo de Madrazo. Al menos, y como consuelo, se animaba el equipo local. Ya no era un moribundo, tenía alegría.
Y alegría es lo que significa Iñaki para este equipo. El capitán se sumó a su lateral y cambió el ánimo de todo un campo. Advirtió por su carril, pero enloqueció a la grada cuando puso el balón desde la esquina, después de que Olaiz evitase el remate a bocajarro de Riki. Colocó el capitán el balón en el quesito… y marcó. Gol olímpico con bote incluido. Ver para creer. El partido se abría por completo.
La UD Logroñés intensificó su presencia ofensiva y cercó a su rival. Iñaki ponía en serios aprietos a Swiderski. Despejaba como podía el canadiense, pero lo peor es que sus compañeros no entendían esos balones. Las prisas eran evidentes y cuando uno juega acelerado la fortuna es más fortuna que nunca. Iñaki volvió al córner. Puso el balón al segundo palo y este acabó en la madera antes de que Riki aprovechase el rechace, pero Guerrero metió la cabeza y evitó el gol. Pudo ganar la UDL, pero no fue la mala suerte la que le privó del triunfo, sino su fútbol. Ya lo advirtió Mario Nájera: «El gran rival de la UD Logroñés es la propia UD Logroñés».
.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La CHD inicia las obras para poder vaciar el embalse de El Tejo
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.