La UD Logroñés prepara su asalto al liderato

Invitaba el partido a coquetar con la siesta en sus primeros minutos. No pasaba nada sobre el césped del Ciudad de Tudela quizá porque ambos tenían un excesivo respeto a su rival y los números con los que llegaba al envite. Miguel Flaño inclinó la balanza hacia Álex Daza, tercera titularidad consecutiva, repitió con Eloy Moreno, recuperó a Garrido y a Riki y esperó hasta el último momento a Lupu, al que le concedió la titularidad después de una semana de dudas. El verde pone y quita a los jugadores. Al que mantuvo fue a Juan Agüero, jugador próximo al fútbol de autor,y que despertó al nutrido grupo de aficionados riojanos del tedio. Pasaba por allí después una ataque logroñés que no tenía nada, pero le cayó el balón tras un rechace junto al punto de penalti y no perdonó en el mano a mano con Peñalver. Cuestión de calidad y de estar y Agüero las tiene.

La UD Logroñés había puesto rumbo hacia un nuevo triunfo a domicilio y había despertado en el Tudelano los fantasmas que había dejado el Aragón dos semanas antes, aunque aún restaba una hora de juego. Lo que sí provocó el gol es un fútbol más animado. Los riojanos pudieron marcar el segundo tras una doble ocasión de Yasin, la mejor, y de Ugarte. Peñalver apareció en ambas. De repente emergieron los espacios. Era más sencillo transitar y llegar al área rival. Mejía cabeceó muy alto desde el corazón del área minutos después de que Daza despejara a córner el balón en un intento de gol olímpico de Prats. Apelaban los locales al balón parado, pero sin la precisión necesaria.

Y el fútbol es un juego de precisión, entre otras virtudes. Akoto careció de ella y pecó de perfil de pivote defensivo, de jugar casi siempre hacia atrás apelando al pase de seguridad. Se equivocó porque un saque de portería de Daza acabó con su cesión hacia Peñalver. Impreciso, en este caso por corto. Lupu se hizo con el esférico, regateó al portero y marcó a puerta vacía. No se había alcanzado el descanso y la UD Logroñés estaba cimentando una victoria desde la nada, desde la ausencia del juego bonito, peor sí práctico.

Seguramente, el error de Akoto estuvo presente en la charla del Tudelano en el descanso, ajeno a que un error, esta vez de la UD Logroñés, le metería en el partido. Eloy hizo de Akoto y Mejía de Lupu. Imprecisa cesión del central a Daza, muy cerca de la línea de gol y peor aún el portero al no golpear a la primera el esférico. Pidió la UD Logroñés falta del colombiano más como una respuesta de impotencia que de pensar en que prosperaría. Acababa de comenzar el segundo periodo y la UD Logroñés había dado la oportunidad a su rival de pelear por, al menos, el empate.

El gol local trajo consigo con efecto secundario. Abrió sus líneas el once local y los riojanos llegaron más y mejor, aunque no anularon los nervios del marcador. Penalver, en dos acciones espectaculares, evitó los goles de Yasin y Garrido. La UDL avanzaba lanzada por Madrazo, que se presentaba con facilidad en el área local. También probó fortuna el capitán, pero en su mejor oportunidad el balón se marchó a la derecha del portal de Peñalver. No generaba sensación de angustia el Tudelano con su fútbol, pero sí la victoria por la mínima. Flaño acudió a su banquillo en busca de piernas frescas. Se fueron sumando Pau López, Alvaro Barrero, Facchin, Gualda y Sarriegi. El partido moría con calma, incluso con oficio blanquirrojo. Y murió, aunque antes los riojanos aún tuvieron tiempo para marcar el tercero. Gualda, que apenas llevaba unos minutos sobre el césped, puso punto y final al estado de nervios, más en la grada que sobre el césped. No tuvo la emoción de aquel triunfo de febrero del 2020 por la mínima, pero el tiempo dirá si ha sido tan importante como aquel. Quedan muchas semanas por delante.