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La UD Logroñés ha logrado una victoria de incalculable valor, que trasciende los tres puntos sumados y que resume las muchas virtudes que ha puesto sobre el césped de Las Gaunas ante el Utebo. Su 3-0 es suficiente, pero corto, porque al descanso se ... pudo ir ya con uno o dos goles más en su cuenta. Da igual, ya que lo que cuenta es el triunfo y el juego. Los riojanos han ofrecido, con doblete de Jony incluido, un espectacular inicio de año y llegarán a su cita en Lezama terceros en la tabla y con cinco puntos de renta sobre el sexto clasificado.
UD Logroñés:
Royo, Yasin, Titi, Codina (Yurrebaso, 79), Iñaki, Seguin (Unai García, 62), Sarriegi (Liza, 79), Urcelay, Madrazo (Facchin, 79), Arias (Cobo, 70) y Jony
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Utebo:
Chanza, Oier Sarriegi, Adán, Javi Hernández, Azurmendi (Alvira, 73), Ángel (Eric, 73), Toni Pérez (Marín, 45), Sánchez, Nene (Forcén, 62), Suárez (Camilo, 79) y Barrero
Goles: 1-0, m. 3. Jony remata al borde del área pequeña; 2-0, m. 30. Sarriegi, de cabeza, a la salida de un córner; 3-0, m. 40. Jony, de disparo cruzado.
Árbitro: Rezola Etxeberria. Amonestó a los locales Sarriegi, Urcelay y Madrazo; y al visitante Ángel.
Incidencias: Las Gaunas. Decimoseptima jornada de Liga. Tarde fría. 3.457 espectadores.
Había mucho respeto al primer partido del año porque significaba retomar la competición, parada desde el 17 de diciembre. Encuentros, los de reanudación, que son una incógnita, pero los blanquirrojos no dieron lugar a la duda. Sin sorpresas en su alineación, con un once que canta de memoria la grada, los locales hicieron gala de máxima concentración y sobre todo se vieron por delante en el marcador en su primera aproximación. Madrazo alcanzó la línea de fondo y Jony remató en el balcón del área pequeña anticipándose a los defensas aragoneses.
Con el marcador a favor siempre se juega mejor, pero en ocasiones se convierte en una trampa. No varió su idea la UD Logroñés. No le importaba ceder la posesión al Utebo, pero cerca de su portería. Cerraba las bandas a Ángel y Nene, achicaba espacios por dentro y buscaba la anticipación a través de la presión. El once maño tenía muchos problemas para salir con el esférico, pero más para llegar con peligro hasta Royo. Solo Ángel, al alcanzar la línea de fondo, creó incertidumbre. Barrero no pudo con la presión de Titi, como tampoco, apenas dos minutos después, Seguin pudo eludir a Chanza en similar situación.
Manejaba el partido la UD Logroñés, con y sin balón, en movimiento y en estrategia. No tenía límite. Codina se lamentaba al ver cómo el asistente anulaba su gol, de perfecto testarazo, a saque de falta. No estaba en fuera de juego. Hasta cinco jugadores aragoneses le habilitan. Había advertido el once local y justo al cumplirse la primera media hora ligaba dos saques de esquina. No aprovechó el primero, pero se ganó el comodín del segundo. Ahora sí. Sarriegi, que habitualmente busca el segundo palo, ganó el espacio en el segundo y aprovechó una peinada de Suárez en el primero para alojarlo en las . Rival era muy superior a otros que habían pasado por Las Gaunas, pero el guion era el mismo, porque antes de irse vio como Jony hacía el tercero tras una asistencia soberbia de Arias, al dejar pasar el balón y habilitarle en la soledad más absoluta. El mismo Jony que poco antes había estrellado el balón en la madera como respuesta a la generosidad de Madrazo. Un partido, hasta el momento, perfecto que pudo celebrar un cuarto gol, pero Adán despejó el balón sobre la raya de gol a disparo de Madrazo.
La historia dice que los partidos en Las Gaunas suelen ser más apagados en la segunda mitad porque el duelo llega decidido. El Utebo regresó con la intención de aumentar su ritmo de juego y de someter a la UD Logroñés. Refrescó su once con la inclusión de Marín en la medular, primero, y de Forcén, después, y comenzó a acumular minutos. Incluso a llegar, pero sin obligar a Kike Royo a marcharse sus guantes. Llegaban las escaramuzas mañas por su banda derecha, pero Codina y Sarriegi estaban muy atentos a las ayudas a Madrazo e Iñaki. No necesitaba arriesgar la UD Logroñés ni ofrecer espacios, sino mantener el orden y la consistencia. Pasaban los minutos, pero nada más, porque ni uno ni otro lamentaban ocasiones perdidas, si bien Forcén sí que se echó las manos a la cabeza cuando Royo despejó el balón tras un disparo desde dentro del área. ´
Entró en el duelo en el tiovivo de los cambios. Diez entre ambos, pero el encuentro estaba muerto. La UD Logroñés mantenía su posición a la espera de una contra que aumentara su cuenta goleadora, pero no era necesario. El Utebo quería pero no podía. No era su día, no había sido capaz de superar a su rival, salvo en posesión de balón y durante pasajes muy concretos. Así, la UD Logroñés volvió a firmar otra victoria, la novena, para cerrar la primera vuelta y pensar en la exigencia que conlleva el inicio de la segunda. Otra historia que contar.
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