UDL-Marbella | A por el ascenso

La obsesión por el ascenso en la UD Logroñés

Hay deseos que, en algunos casos, se convierten en obsesiones. Algunas pueden resultar enfermizas y peligrosas, pero otras aparecen únicamente por el hecho de perseguirlas una vez tras otra para tratar de alcanzarlas, en ocasiones con éxito y otras sin él. Así, ascender es más que un deseo para la Unión Deportiva Logroñés. Se ha convertido en una obsesión a la que ha tratado de llegar en casi todas las temporadas, quince, que dibujan su existencia;también en la actual, aunque en este caso el premio es llegar a Primera Federación y no a Segunda División, como en años anteriores.

Ya en junio de 2009, cuando el fútbol en la capital riojana afrontaba un tiempo de incertidumbre ante el relevo del mítico y recordado Club Deportivo Logroñés, a Félix Revuelta le preguntaban en un videochat de larioja.com por el ascenso a Segunda. «Lo primero que hay que hacer es sentar las bases del club y en un segundo año intentar el asalto. ¡Claro que me gustaría subir a Segunda el primer año, pero hay que ser conscientes de lo que hay!», respondía por entonces el empresario.

La palabra ascenso ya rondaba hace quince años por la mente de los seguidores del club riojano y por la de su propietario, aunque esos dos años que Revuelta se puso como margen en esas primeras intervenciones en los medios de comunicación, finalmente se alargaron más de lo esperado. No en vano, el primer 'play off' de ascenso de los blanquirrojos llegó en el ejercicio 2014-15 con aquella eliminatoria de mal recuerdo frente al Huracán.

Aquella cita, que terminó con una amarga derrota, fue la primera de otras cuatro, todas ellas con la Segunda División del fútbol español como meta. Cinco intentos, de los que cuatro terminaron sin premio y uno acabó con el equipo en la categoría de plata. Fue aquel de 2020, en Málaga y frente al Castellón. Un 'play off' muy recordado, no solo por el ascenso, sino por llegar en pleno covid y sin que los aficionados blanquirrojos pudieran acompañar a su equipo. Pese a eso, aquella tanda de penaltis con Rubén Miño como protagonista permanecerá para siempre en la retina de los seguidores del club capitalino. La UDL había convertido en realidad su obsesión y aquel curso en Segunda fue uno de los pocos, prácticamente el único, en el que la meta no era subir, sino mantenerse. Un objetivo que no se consiguió.

Cuatro años después, y con otro intento baldío de llegar a Segunda por el medio, la UDL vuelve a enfrentarse a su obsesión. Al ascenso. Su sexto 'play off'. Una cita diferente a las anteriores porque el premio también es distinto. En esta ocasión, no pugna por subir a Segunda División, lo hace por regresar a Primera Federación después de la debacle de la pasada campaña. La recompensa, por lo tanto, puede parecer menos suculenta, pero resulta igual de importante para el futuro de una entidad que no quiere volver a quedarse, por segundo año, fuera de los tres primeros escalones del balompié nacional. Regresa la obsesión por el ascenso en la Unión Deportiva Logroñés.

El primer 'play off' de ascenso de la Unión Deportiva Logroñés ha quedado para el recuerdo por las circunstancias que definieron el partido de vuelta ante el Huracán. Un árbitro lesionado y un sustituto que pitó un penalti en contra de los blanquirrojos y expulsó a dos riojanos. «Estábamos compitiendo muy bien, pero ese alboroto no nos favoreció en nada y quizás nos salimos un poco del partido», reconoce Miguel Martínez, guardameta de los logroñeses en esa eliminatoria.

La UDL quedó encuadrada en los cuartos de final por el ascenso con los valencianos tras acabar cuarta en la temporada regular. En la ida, los de Carlos Pouso merecieron más, pero acabaron empatando a un tanto, por lo que el 2-1 encajado en Torrente tras la prórroga dictó sentencia. «Fue muy doloroso, pero nos sirvió para el futuro», considera el cancerbero. «Pasamos de pelear por salvarnos en las temporadas anteriores a luchar por ascender, y creo que ese año supuso un cambio de mentalidad para que todos dentro del club diésemos un paso hacia adelante», añade.

Y, ¿qué hubiera ocurrido sin todo ese «alboroto» en Torrente? Martínez responde: «Nunca lo sabremos, pero seguro que el partido hubiese sido completamente diferente».

Temporada 2015-16. Segundo 'play off' para la UD Logroñés y segundo consecutivo. Una cita que supuso otro paso adelante para los blanquirrojos, ya que superaron la primera eliminatoria y cayeron por la mínima en semifinales. «Nos dio impotencia porque nos veíamos con posibilidades de ascender», afirma Antxon Muneta, uno de los pilares de aquella plantilla.

En cuartos de final, la UDL se cruzó con el filial del Villarreal, un equipo con grandes promesas que, en muchos casos, acabaron convirtiéndose en realidades. El ejemplo más relumbrante es el de Rodri, considerado en la actualidad uno de los mejores mediocentros del mundo. «Era un equipazo que jugaba muy bien al fútbol», recuerda Muneta. Pese a eso, los riojanos lograron el pase gracias al 0-0 en Las Gaunas y al 1-1 de la vuelta con un tanto de Iker Alegre. «Hicimos un gran trabajo defensivo y conseguimos mantener el empate», apunta el centrocampista.

Tras el del Villarreal, en semifinales tocó otro filial en suerte, el del Sevilla. «Era un filial atípico porque jugaba como un equipo ya veterano», rememora Muneta, quien lamenta el 0-1 encajado en la ida en una «muy buena jugada» de los andaluces. «En Sevilla, mientras, hizo muchísimo calor y nos resultó muy complicado meterles mano; ellos defendían muy bien y nosotros lo intentamos, pero sin crear muchas ocasiones», relata el centrocampista, que actualmente trabaja para el Mirandés.

Ese enfrentamiento acabó sin goles y el Sevilla Atlético se clasificó «por pequeños detalles» para la final. «Tocó irse para casa tristes otra vez», se lamenta Antxon Muneta al echar la vista atrás.

Tercer intento y, de nuevo, la Unión Deportiva Logroñés se quedó sin premio en las semifinales del 'play off'. Eliminó primero al Badajoz, pero no pudo con un Hércules que cimentó su pase en el Rico Pérez (3-1). «Tuvimos diez minutos de desconexión y nos pasaron factura», opina Rubén Martínez, que afrontaba su primera campaña completa en Logroño.

El resultado no fue el deseado, pero el extremo saca, con la perspectiva del tiempo, varias conclusiones positivas de lo vivido en aquel mes de junio. «Creo que ese 'play off' nos hizo madurar para subir al año siguiente», señala el balear. «Nos sirvió como experiencia y, además, el grueso de la plantilla se mantuvo para la siguiente temporada», añade el ex del Albacete.

Y la segunda conclusión positiva es la que representa la afición. Más de 9.000 espectadores se citaron en Las Gaunas en el encuentro ante el Badajoz y más de 10.000 se juntaron para ver al Hércules, con corteo por las calles de la ciudad incluido. «Lo que viví en República Argentina desde el autobús me puso la piel de gallina, nunca había presenciado algo así», se congratula Rubén Martínez. «La afición siempre se ha volcado con este equipo, incluso con el covid en Segunda División, pero lo de aquel día supuso un antes y un después», concluye.

En el caso de la UD Logroñés, a la tercera no fue la vencida, pero sí a la cuarta. El ascenso llegó y lo hizo en la temporada más extraña de todas, en esa en la que el covid sacudió la vida de los ciudadanos y en la que el ascenso se tuvo que jugar a puerta cerrada y a cientos de kilómetros de distancia. «Sabíamos que la gente iba a estar escuchando el partido, viéndolo y acompañando al equipo», expone César Caneda. «Aunque no fuera de manera presencial, éramos conscientes de que teníamos detrás a una ciudad volcada con el equipo», añade el central, esencial para el ascenso.

La UDL había acabado primera la temporada regular (lo que se pudo jugar antes de la aparición del coronavirus) y por ello solo necesitaba un partido para subir a Segunda. Si ganaba al Castellón el premio era suyo y los penaltis dictaron sentencia. «Yo ya estaba fuera del campo y en el banquillo hicimos lo que pudimos: rezar, motivar...», rememora el defensa vitoriano.

La euforia se desató con los lanzamientos anotados por Gorka, Iñaki y Andy, así como con los repelidos por Rubén Miño. «El momento fue espectacular, muy especial para todos los que estábamos allí» certifica Caneda. «Pusimos a la Unión Deportiva Logroñés donde merecía», remata.

Minuto 42 del primer partido de la fase de ascenso a Segunda División en la temporada 2021-22, la quinta para la UDL. Dani Pinillos pone el balón y Dubasin hace el 0-1 ante el Villarreal B, un viejo conocido. Los blanquirrojos se acercaban así al triunfo, pero los castellonenses reaccionaron en el segundo tiempo (3-1). «Fue frustrante empezar ganando y que nos remontaran», reconoce el asistente de aquel tanto.

Pese al resultado, guarda la experiencia de haber aspirado a llegar a Segunda con el equipo de su ciudad. «Me imaginé ascendiendo con la UDLogroñés y me quedó esa espinita clavada porque hubiera sido algo muy bonito de vivir», afirma el lateral, que se recupera de una lesión en el cruzado de su rodilla.

No fue esa la única espina que le queda de aquel 'play off'. La otra es la de no haber podido jugarse el ascenso en Las Gaunas, ya que se arrastraban las consecuencias del covid y la fase se disputó en Galicia. «Me hubiera encantado ver el ambiente de Las Gaunas en un partido como ese, pero tocó así y no se puede hacer mucho más», opina. «Aun así, sabíamos que tanto en Ferrol como en Logroño teníamos el apoyo de todo el mundo y, aunque nos medimos a uno de los favoritos, nada nos quitó ni la ilusión ni la confianza», certifica.

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